Firma anunció una inversión de 130 millones de dólares para desarrollar su plan. Vecinos acuden al SEA para solicitar que posible evaluación la realicen expertos en el área.
Luego de que la empresa Aclara confirmara la inyección de 130 millones de dólares al proyecto de Tierras Raras que busca desarrollar en Penco, los cuestionamientos de la comunidad local no tardaron en llegar. Organizaciones sociales, expertos y autoridades públicas se refirieron al tema, mientras la firma a cargo del proyecto explicó que la inversión respondería a una labor responsable con el entorno y la sociedad civil.
Romualdo Sáez, presidente de la Unión Comunal de Juntas de vecinos de Penco, explicó que el proyecto ya fue rechazado en marzo.
“En la consulta de marzo de este año el 99,9% de los ciudadanos rechazaron el proyecto. Tenemos la seguridad que no invertirán ni un peso aquí en Penco porque nos vamos a oponer absolutamente. Los habitantes de la comuna ya fueron categóricos al señalar que no aceptamos a esa minera”, dijo
Jorge Uribe, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la ciudad también expresó su oposición al plan de extracción. “Las razones de nuestra oposición son por las contaminaciones que nos puede generar en la comuna, por el sistema que traen para extraer estos minerales, que son sumamente perjudiciales para nuestra salud, porque son movimientos de toneladas de tierras para sacar una cantidad ínfima de minerales y también ocupan aguas que en principio dijeron que eran de dos esteros: Penco y El Cabrito, que son muy importante para nosotros”, destacó.
Por su parte, Leonardo Jara, concejal de Penco e integrante de la Asamblea Territorial Penco-Lirquén señaló que “el proyecto empezó mal con una planta piloto que busca modificar los cauces. Aquí estamos hablando de modificar también la cuenca hidrológica de la comuna y del Río Penco. Por lo tanto, vemos que atenta contra la vida, ya que se trata de cursos de agua que fueron vitales, por ejemplo, tras el terremoto y tsunami”, advirtió.
“Hay un compromiso del actual Gobierno respecto de no apoyar ningún proyecto que no sea sustentable con el medio humano por lo que queremos que esto se cumpla”, agregó Jara.
Antonio Zelada, reconocido arquitecto, fundador de la carrera en la Universidad de Concepción y con más de 25 años de residencia en Penco también es opositor. “Nos hemos informado al máximo, buceando en la experiencia de otros países, ya que en Chile, y tal vez en toda Sudamérica, no existe esta minería, y la evidencia, que es lo que los científicos valoran y siempre buscan, nos dice que esta minería es peligrosa y a veces letal para los territorios donde se emplaza”, contó.
Otro aspecto relevante para el profesional es que “son tierras que se deben depositar en algún lugar porque deben retirar la primera capa de 40 metros, limpiar las arcillas, lavarlas y después botarlas probablemente en las quebradas. Y eso, de alguna manera, siempre llega al mar, está demostrado. El Ministerio de Vivienda y Urbanismo no dijo nada para la primera presentación (del proyecto) de que eran territorios planificados para vivienda lo que tiene fuerza de ley”, afirmó.
De acuerdo a información de Aclara, el plan mutó del nombre “El Cabrito” a “Módulo Penco” con una producción de 774 toneladas anuales. Fernando Illanes, gerente de Asuntos Corporativos y Valor Social de Aclara dijo a Diario Concepción que “como comentamos, tras nuestro desistimiento de la Evaluación Ambiental del proyecto en marzo de este año, en Aclara continuamos trabajando para presentar un proyecto más abierto a la comunidad y acorde al medioambiente. Sabemos que las Tierras Raras son esenciales para la transición energética. Sin Tierras Raras el desarrollo de la electromovilidad en Chile y el mundo no será posible”.
El ejecutivo, agregó que “queremos un proyecto responsable con la comunidad y el medioambiente, y para eso se necesita más inversión. Por ejemplo, la revegetación con bosque nativo, estudios más profundos en flora y fauna y un circuito cerrado con el que hemos innovado”.
En marzo de este año el proyecto original fue retirado del Sistema de Evaluación Ambiental, proyectando desde ya su reingreso.
De hecho, en esa oportunidad el gerente general, Rodrigo Ceballos, dijo que la intención de la firma era un proyecto sostenible en el tiempo. “Convirtiendo a la comuna de Penco y al país en un actor clave en la lucha contra el cambio climático y a la vanguardia en conectividad tecnológica a nivel mundial”, explicó.
Esto se dio también cuando por medio de una consulta ciudadana, donde votaron 7.400 personas, los pencones rechazaron con un 99% la labor de la minera. Solo un 0,9% estuvo a favor.
La extracción de Tierras Raras además de tener que revertir esta oposición ahora también debe competir con otras iniciativas que en el mismo lugar, han sido apoyadas por vecinos y organizaciones comunitarias.
“El proyecto Parque para Penco es una campaña que integran más de 20 organizaciones territoriales vecinales, indígenas, feministas, educacionales y ecológicas de la comuna que busca transformar el fundo Coihueco, que es amenazado por la minera de Tierras Raras, en un parque intercomunal para la preservación de los ecosistemas del Queule y fauna como pumas, zorros, guiñaz y monitos del monte entre otros”, aseguró Oscar Roni Carrillo, arquitecto de la fundación Manzana Verde y parte de la Asamblea Penco Lirquén, quien realizó el diseño de un Parque para Penco en parte del Fundo Coihueco.
Requerido sobre cuál es el conflicto entre este parque y el proyecto de Tierras Raras, Roni expresó que “la minería de Tierras Raras pretende desarrollar casi siete minas de tajo abierto, algunas de un kilómetro de diámetro entonces eso implica remover gran cantidad de tierras afectando obviamente todo el ecosistema que existe y procesarlas para después rellenar quebradas que alimentan al río Penco. Por tanto creemos que este tipo de desarrollos es incompatible con la conservación y manejo sustentable de este lugar”.
Rodrigo Vera, consejero regional y habitante de la comuna presentó una carta ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) junto a organizaciones comunitarias, solicitando implementar equipos de profesionales técnicos competentes a las labores de evaluación ambiental, vinculados a la extracción de Tierras Raras.
Junto con lo anterior, Vera comentó que “de 240 hectáreas a intervenir se pasan a 600 hectáreas y de un proyecto inicial de 1.600 toneladas que se iban a producir al año, se pasan a 774 toneladas anuales promedio”.
El consejero regional tiene además una sospecha. “Que se baje la producción en forma importante, lo vemos como una estrategia para que en el Servicio de Evaluación Ambiental pueda tener menos intensidad, menos profundidad en la ingeniería de detalle de la serie de estudios que deben presentar hidrológico e hidrogeológico, es decir, cómo se comportan las napas subterráneas y cómo evacuan las lluvias porque esto se genera entre 15 y 40 metros de profundidad”.
Adicionalmente, Vera comentó que “nos oponemos porque todos estos proyectos de tierras raras como las de China o Estados Unidos, normalmente están en un radio de influencia de impacto a la comunidad superior a los 15 o 20 kilómetros; y este proyecto tiene 1,5 kilómetros al Centro de Salud Familiar (Cesfam) de Penco; a 1,3 kilómetros de la plaza de la comuna y en un radio no mayor de 2 kilómetros de los habitantes de la ciudad”.
Roberto Lagos, seremi de Minería del Biobío, confirmó que existen 2 mil 328 concesiones de exploración, lo que abarca un área de 595 mil 900 hectáreas. Además, las concesiones de explotación alcanzan las 788, con cerca de 128 mil 487 hectáreas en la Región.
En cuanto a las concesiones de tierras raras son aproximadamente 500 mil hectáreas. Del mismo modo, Lagos explicó que “las concesiones no las otorga el Ministerio de Minería, sino que es un proceso que se realiza por la vía legal a través de un juzgado donde deben cumplirse varios hitos que en la parte final considera la presentación de documentación técnica con mensuras al Sernageomin, entidad que revisa la documentación, realiza las observaciones, aprueba o rechaza y es finalmente es el juzgado quien otorga o no la concesión”.
Por su parte, el Seremi de Medioambiente, Óscar Reicher, indicó que para estos proyectos implica tener una alta tasa de participación ciudadana. “Esa es la misión que desde la seremi debemos velar de que se haga una evaluación ambiental correcta y además con un alto nivel de participación ciudadana escuchando desde el municipio y organizaciones ambientales además de los aspectos técnicos que corresponde evaluar”.
El Dr. Winfred Espejo, postítulo en Derecho Ambiental, Doctor en Ciencias Ambientales de la Academia del Departamento de Suelos y Recursos Naturales de Facultad de Agronomía de la UdeC sostuvo que “existen pocos estudios sobre los impactos de elementos de tierras raras sobre fauna silvestre. Los pocos estudios de laboratorio existentes han mostrado efectos biológicos. Es necesario evaluar los posibles impactos de estos elementos sobre la fauna silvestre endémica nacional”.
A su vez, es mismo especialista dijo que “Chile carece de una línea base de elementos de tierras raras en el medioambiente que permitan evaluar si existiera o no cambios ambientales después de la puesta en marcha de actividades extractivas. Una línea base de elementos de tierras raras en diferentes matrices ambientales de Chile permitiría realizar normativas que regulen la presencia de elementos de tierras raras en el medio ambiente”. “La presencia de línea base, legislación y programa de monitoreo constante pueden dar más seguridad a la ciudadanía sobre la extracción de elementos de tierras raras”, concluyó.
