Según órdenes de compra publicadas en Mercado Público. Mundo de la arquitectura recuerda los principales desarrollos en la intercomuna, destacando la Rotonda General Bonilla, corredores de transporte público y edificaciones.
La repavimentación de la avenida Colón en Talcahuano, además de sus calles laterales, fue la primera obra que realizó en 1957 la empresa Claro Vicuña Valenzuela (CVV), faenas a las que en más de 60 años de historia se suman cientos a nivel regional y nacional.
De hecho, la firma creada por los ingenieros Jorge Claro Lira, Gustavo Vicuña Salas y Andrés Valenzuela Vial, que ingresó al sistema de concesiones públicas en 2006 con el proyecto de corredor de transporte público de avenida Santa Rosa en Santiago, cuenta en el mencionado registro con 135 proyectos a nivel nacional adjudicados hasta 2022.
Durante el mismo período a nivel regional, según Mercado Público, ganó las licitaciones de 31 obras, que suman una inversión superior a los $220 mil millones en total, entre las que destacan la Cárcel de Concepción, Rotonda Bonilla, segundo tramo del Eje Colón y el Estadio Ester Roa, por nombrar algunas que, a juicio del mundo de la arquitectura, sin lugar a dudas, marcan la historia de la Región.
Para el presidente regional del Colegio de Arquitectos, Claudio Arce, la empresa CVV tenía una historia marcada por la responsabilidad y por la generación de buenas obras urbanas, proyectos en los que, en general, contribuían a una mejor calidad de las ciudades.
“El cierre de empresas como Claro Vicuña Valenzuela produce una alerta dentro del gremio porque no se trata sólo de tema económico, sino humano, y de equipos que destacan por la calidad de sus obras y responsabilidad, lo que deja un sentimiento de nostalgia (…) recuerdo sus trabajos en diversos tramos del Eje Colón, la primera fase del Eje Vial Collao Novoa, el Estadio Ester Roa y obras como la Rotonda Bonilla que logró destrabar uno de los puntos más conflictivos de la ciudad son parte de sus aportes”, dijo Arce.
En la misma línea, Leonel Pérez, decano de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Geografía de la Universidad de Concepción, aseveró que CVV se destacó por ser una empresa regional, creada en Concepción, que contaba con el arte del buen construir.
“Partieron a fines de los años 50 con la pavimentación de calles, luego pasaron a hacer edificios públicos y con el tiempo fueron diversificando el negocio. Por el aporte recuerdo la primera obra en Colón Talcahuano, con la que nació la empresa y también el centro cívico de Boca Sur. La empresa deja huellas en la historia urbana de la ciudad. Es una lástima que haya tenido este fin”, comentó.
En tanto, para el presidente regional de la Cámara Chilena de la Construcción, Bernardo Suazo, es lamentable “tanto cómo cámara y como gremio que un socio nuestro, que es una empresa penquista con 65 años de trayectoria y con obras emblemáticas en todo el país cierre”.
Agregó que dicha situación podría traer múltiples problemas para empresas pequeñas. “Se genera como un efecto dominó para todos los que entregan servicios para la empresa: subcontratistas y trabajadores que son los que más nos preocupan porque quedan cesantes”.
El dirigente de la Cámara Chilena de la Construcción recalcó que CVV era una empresa con un prestigio innegable, que aportó a la Región, por ejemplo, con el término del Estadio Éster Roa Rebolledo. “Recordar que el estadio quedó botado y ellos lograron, en el tiempo estipulado terminarlo”, recordó.
Suazo manifestó que obras como la conexión del puente Bicentenario con calle Chacabuco y la construcción de la última fase del Eje Colón, que estaban en manos de CVV, deben ser apuradas porque tienen un carácter público y van en beneficio de todos los ciudadanos. “Terminarlas no es un problema del Estado, que es tan centralista, es un problema de todos los penquistas, que esperamos prontas soluciones”.
Cabe destacar que la firma aseguró que la quiebra se debió al alza del precio de los materiales, una menor disponibilidad de mano de obra, la fuerte inflación que experimenta el país, además de interrupciones en la cadena logística que conllevan a un menor stock de disponibilidad de materiales golpeara fuertemente al país, pues actualmente tenía 30 obras adjudicadas y más de 2 mil 400 personas entre sus filas.
“Esta es la más dolorosa y significativa decisión adoptada por la empresa, por su amplia y reconocida trayectoria, así como también por el gran impacto que esto provoca en sus colaboradores, proveedores, subcontratos, clientes y comunidad”, informó la empresa por medio de un comunicado.
“El volumen de deuda corriente con el que la empresa inicia este proceso de liquidación voluntaria asciende a los $58.000 millones”, agregó CVV.
Además de la situación estructural de la industria de la construcción, desde la firma habrían aludido a responsabilidades del Gobierno, particularmente del ministerio de Obras Públicas de Chile, debido a la burocracia en la gestión de pagos. De acuerdo con CVV habría existido atraso en el curso de los estados de pago mensuales y retrasos en la tramitación de convenios de pago de obras ejecutadas y por ejecutar, así como la no recepción y finiquito de obras terminadas.
El ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García, desmintió responsabilidad de la cartera asegurando que en los últimos meses le entregaron pagos por más de $8 mil millones. De hecho, a nivel regional se aportó con este monto para iniciar la primera fase de conexión del puente Bicentenario.