Tras un recorrido que partió en San Pedro de la Paz y cruzó por varias estaciones, en la Plaza Bicentenario de Concepción se encendió el pebetero del máximo evento continental.
Es probablemente la instancia más simbólica de los grandes eventos del ciclo olímpico. El encendido del pebetero es el momento crucial que indica que todo está listo y dispuesto para que se suba el telón a la competencia deportiva; que todo está ya preparado para que comience la fiesta en las canchas y pistas.
Llegó la antorcha panamericana a la Región del Biobío, que en unas semanas será subsede del certamen continental más importante, en la Laguna Grande de San Pedro de la Paz. La llama, que se encendió en México y en suelo nacional fue dividida en tres antorchas, se paseó por la comuna sampedrina en manos de ilustres deportistas y representantes de la sociedad civil como el atleta Manuel Cabrera, la taekwondista, Paulina Horta, el para atleta, Marcos Ramos, y la paracanoísta, Jocelyn Muñoz, cruzando luego hacia Concepción con presencia de la figura del remo chileno, Antonia Abraham.
Ya en calles penquistas, se sumaron nombres como la campeona mundial de aguas gélidas, Carmen Ortega y la presidenta de la asociación regional de atletismo, Mónica Fredes, encargada de entregar el testimonio al rugbista y reciente mundialista, Cristóbal Game, quien marcó uno de los grandes momentos de la jornada cuando hizo ingreso a la Universidad de Concepción.
En el Foro de la casa de estudios lo esperaba la jugadora del equipo de básquetbol auricielo, Bárbara Cousiño, quien trasladó la llama hasta el Arco de Medicina, desde donde enfiló rumbo a las calles más céntricas. Posteriormente al Gobierno Regional y de ahí a su parada final, en la Plaza Bicentenario, hasta donde llegó en manos del histórico entrenador de atletismo, Jorge Grosser, quien lo entregó a la gran Katherinne Wollermann.
La mejor paracanoísta chilena de la historia fue la encargada de culminar tan relevante y simbólico hito, encendiendo el pebetero mientras era rodeada por los otros 22 relevistas, en la escena que marcó una actividad que se repetirá en las 16 regiones del país, y que cerrará el 20 de octubre en Santiago, cuando se dé comienzo a los Juegos.
“Estoy contenta, me siento feliz. Vengo de clasificar a mis terceros Juegos Olímpicos y la verdad es que encender el pebetero de unos Panamericanos es un honor para mí, importantísimo también para la Región, porque se estrena en un evento como este. Quién dice que este no es el puntapié inicial para que otras regiones también se vayan sumando y descentralicemos un poco”, manifestó Katherinne Wollermann sobre la ocasión.
“Estaba muy tranquila esperando junto a los niños de la escuela de Chiguayante, pero al momento de recibir la llama mi corazón se aceleró. Ya lo cúlmine fue cuando me tocó encender el pebetero, fue realmente increíble, inolvidable”, dijo la paracanoísta chiguayantina.
Similar sensación expresó el rugbista Cristóbal Game, tras completar su recorrido por el Barrio Universitario. “Estoy muy feliz, agradecido con la organización y con la Universidad de Concepción. Faltan las palabras, porque el orgullo que me genera estar acá es mucho. Ser reconocido por tu universidad, por tu Región y tu país, es de lo mejor. Tenía tantas sensaciones mientras llevaba la antorcha, el trayecto fue muy lindo, estaban mis compañeros del equipo de rugby de la UdeC, también mi familia, así es que realmente estoy feliz”, señaló el seleccionado chileno.
Palabras a las que se sumó la basquetbolista de la UdeC, Bárbara Cousiño, encargada de rematar la ruta en la casa de estudios. “Me siento tan feliz por este hito, es un recuerdo que voy a llevar siempre conmigo. Una sensación difícil de explicar, desde el día que me convocaron para estar en la instancia fue increíble, así es que estoy viviendo el momento y disfrutándolo”, sostuvo la deportista.
Jornada histórica, tal como evaluó el seremi del Deporte, Cristián Cartes. “Fue una fiesta maravillosa, participativa, donde se hicieron presente relevistas que representaron a diversos estamentos de la sociedad. Una fiesta muy hermosa que nos permite soñar que podemos seguir trabajando juntos por el desarrollo de los jóvenes, niños, niñas y adolescentes de la Región del Biobío”, finalizó.
Como fondo de la llegada de la llama panamericana, se realizó una nueva versión de la Media Maratón del Biobío, que reunió a más de 4 mil corredores en diversas distancias.
En la máxima categoría, los 21-K, campeones fueron Johanna Rivas (Los Ángeles) en damas, con un tiempo 1 hora 18’:10’’. Mientras que en la serie masculina, ganador fue Gabriel Muñoz (Quirihue) con un crono final de 1 hora 10’:12’’.