Tras clasificar a la liguilla, el DT del Campanil expresó que “seremos competitivos, a eso entramos”.
Miguel Ramírez entró a la sala de conferencias con los ojos rojos y una mezcla entre agotamiento y cansancio, aunque de inmediato aclaró que “no estaba llorando. Tuve covid en septiembre y se me irritan los ojos. No se me ha ido la tos y la conjuntivitis. Recuperé el olfato y el gusto, por lo menos. Lo pasé mal”.
En todo caso, después del 3-1 a San Luis, vaya que tiene motivos para disfrutar el DT de Universidad de Concepción. Motivos tiene de sobra, por lo menos, ya que tomó al club colista y hoy lo tiene en zona de liguilla, con la motivación e ilusión intactas por subir de categoría. Un vuelco de la tierra al cielo en menos de seis meses. “Para todos era casi imposible. El objetivo era salvar la categoría, pero nosotros como cuerpo técnico tenemos objetivos mayores. Queremos trascender, ir a dirigir al extranjero y no podíamos ponernos metas bajas. La nuestra era clasificar a la liguilla”, aseguró “Cheíto”.
El DT del Campanil agregó que “el equipo venía complicado, golpeado, con un funcionamiento bajo, pero tenían deseos de salir adelante, ya que no lo estaban pasando bien ni en lo individual y familiar. Estar en el último lugar no es grato, se sufre. El grupo entendió, captó y asimiló la metodología. Esta clasificación ayuda, aunque sólo nos da la opción de jugar dos partidos nomás. Si nos va bien, jugaremos otros dos. En todo caso, estar en esta liguilla ya es maravilloso”.
UdeC terminó la fase regular en el sexto puesto, con los mismos 46 puntos que Rangers, aunque con mejor diferencia de gol que ellos. Así, fueron el último equipo que se metió en zona de postemporada, ya que con anterioridad clasificaron Deportes Copiapó, U. San Felipe y Deportes Puerto Montt. Por ello, los auricielos ahora enfrentarán al mejor ubicado de tal zona, Copiapó, que sumó 52 puntos. La otra llave la animarán sureños y albirrojos.
Sobre el rival que enfrentarán en la próxima fase, Miguel Ramírez dijo que “tendremos poco tiempo para recuperar y trabajar. Copiapó es un equipo que se asocia bien desde lo colectivo, tratando de hacer correr la pelota y eso obliga al rival a que corra detrás de ella. Habrá muy poco tiempo para planificar, pero ya estando en la liguilla, lo que hiciste para atrás ya es secundario. No sé a qué hora se jugará en Copiapó, pero espero no sea al mediodía. Es una cancha de pasto sintético y si en este partido nuestro contra San Luis hizo calor, imagino lo que podría pasar allá. Ya estamos en liguilla y vamos por el premio mayor. Nada es imposible. Si nuestra cabeza está puesta en lo individual, colectivo y el rival, seremos competitivos. A eso entramos a la liguilla”.
