Apenas 3 triunfos en el año, el ataque menos anotador, cambios y refuerzos que no funcionaron, problemas en lo económico y partidos claves que dejó ir. La “Maquinita” hizo todo para bajar.
Casi de milagro, llegó con chances hasta el último partido. Fernández Vial realizó una campaña paupérrima, donde fue el peor equipo de la temporada en muchos aspectos y, como resultado lógico, terminó descendiendo a Segunda. El final fue con lágrimas de Diego Sanhueza y la frustración de Vranjicán, el “profe” Rojas y varios más, con esa sensación amarga de ser el último de todos, de no cumplirle a tu gente. ¿Y cómo llegó Vial a este lamentable desenlace?
Armado del plantel. Acá hay harto paño que cortar. Se renovó a Gotti, Harbottle y otras figuras del 2021 que, a priori, aseguraban goles y calidad probada. Eso significó un esfuerzo económico gigante. Lo que nadie esperaba es que esas estrellas del año pasado bajaran tanto su nivel, sumado a refuerzos como Zúñiga, Delgado, Ponce o Espinoza, que traían buenos antecedentes y nunca se afirmaron. ¿Había equipo para algo más? En teoría, este equipo no tenía por donde pelear tan abajo, pero nunca funcionó.
A cambiarlo todo. Muchos equipos que andaban mal en la primera rueda cambiaron de técnico y se arreglaron: Wanderers, Santa Cruz, la UdeC. El único que varió de mano, pero nunca levantó fue Vial. Con Lira siguió todo igual: no se jugaba mal, pero con suerte se sumaba de a uno. Igual que con Rojas. Después hubo que volver a Rojas ya dando manotazos de ahogado, con Arturo Sanhueza fuera de las citaciones en un año donde varios salían extrañamente de las listas.
A mediados de año llegaron “Ribery” Muñoz y Harol Salgado. Este último marcó 3 veces y apareció a cuentagotas. Lira pidió un “10” y nunca llegó.
Sin goles ni triunfos. Al revisar quiénes fueron los goleadores de Vial, aparece primero Gotti con apenas 4 tantos, Vranjicán con 3 y banca gran parte del año, Harbottle con 3 y eso que el último que marcó fue el lejano 8 de mayo. Estuvo 17 fechas sin anotar. Solo 26 goles convertidos en 32 fechas.
Así, imposible que el equipo ganara demasiado y prueba de ello son sus apenas 3 victorias. Racha de 13 partidos sin ganar con Rojas, de 8 con Lira. Cuando más lo necesitaba, rescató 2 puntos de los últimos 18. ¡Así no se puede!
Las finales se ganan. Con solo un triunfo más, tal vez Vial se salvaba. Tuvo partidos “de seis puntos” y se le fueron todos de las manos. Anote: 0-1 de local con el Morning, 0-0 en casa con Recoleta, 2-2 en Melipilla, 1-1 en Collao frente a San Luis. Todos, rivales directos.
En números globales, los ferroviarios solo consiguieron el 27,08 de los puntos en juego, pero el rendimiento en el Ester Roa Rebolledo es tema aparte. Ahí solo logró un festejo y fue en marzo. Siete meses sin una alegría en casa y apenas un 25 por ciento de rendimiento como anfitrión, donde logró solo 12 goles.
Faltan lucas. Si Vial no se reforzó fuerte o invirtió en un cuerpo técnico más “calado”, mucho tiene que ver lo económico. La dirigencia se vio sobrepasada y prefirió tener los sueldos del plantel al día para evitar castigos extradeportivos. Así se pararon las faenas en la construcción del complejo deportivo en San Pedro y también hubo líos con los sueldos de los técnicos del Fútbol Joven y femenino. No se arriesgó, aún sabiendo que el hoyo financiero que genera un descenso puede ser aún peor.
Factor sicológico. Fue imposible levantar mentalmente a un equipo que empató 17 de 32 juegos. A veces merecido, pero otras por malos cobros arbitrales, errores defensivos puntuales o no saber cerrar en ataque. Jugamos como nunca, empatamos como siempre. A Vial le faltó todo, el fin estaba escrito.