Lautaro Rigazzi, el jugador más destacado de los lilas, habló de su cariño por el club y su objetivo de pelear cosas grandes el otro año... Aunque no sabe dónde.
Fue el segundo jugador con más minutos en la campaña (1.576) y se ganó el cariño de la hinchada por su fútbol y entrega. Lautaro Rigazzi fue el mejor en Deportes Concepción esta temporada y muchos se preguntan por su futuro. ¿Será posible retenerlo?
Ya con la permanencia en Segunda más reposada, expresó que “esa semana previa fue de trabajar el doble, hablar dónde hacerle daño a Rodelindo, ser intensos, marcar el gol primero. Acá nunca hubo nada que reprocharle a ningún cuerpo técnico. Ellos nos entregan las herramientas y nosotros somos quienes las ocupamos bien o no. Somos cien por ciento responsables y no hay excusas. Mantener la categoría era lo mínimo, no era el objetivo”.
Sobre el bajón de la segunda rueda, expresó que “tuvimos bajas por lesión, suspensiones, también la de Esteban González, que era importante. También afectó la salida de Navarro, que era fundamental, pero miramos hacia adelante. A mí no me gustan las excusas, lo cierto es que sumamos muy poco en la segunda mitad, hicimos malas presentaciones y quizás, como plantel joven, nos faltó experiencia para manejar ciertas situaciones. Hay que ser autocrítico”.
Pero dentro de lo malo, resaltó su labor. “Eso tiene que ver con el trabajo de todos, pero me quedo tranquilo porque siento que entregué todo, en cada partido. Eso me lo hizo ver siempre el hincha. Una vez se me acercaron dos y estaban llorando por no perder la categoría, esas cosas quedan. La ciudad me encantó, mi pareja está feliz acá, pero no sé qué pasará. Me han llamado de otros lados, pero no de Concepción. Ahora, lo seguro es que el otro año quiero pelear cosas importantes. Yo soy un tipo de palabra y no me doy vuelta”.
El defensor aseguró que “no quiero ser esclavo de mis palabras, uno es profesional, pero por lo que quiero a Concepción lo vería difícil”. También se refirió a su comentada arenga antes de la “final” con Rodelindo y detalló que “siempre soy de hablar antes de salir a la cancha, en el camarín, pero no siempre último, por respeto al capitán. Dije lo que sentía, lo que nos había pasado en la semana y ojalá haya sumado para poder ganar”.
Partió de lateral, terminó como central y en todos lados corrió, trancó con la cabeza y también salió jugando cuando se pudo. El mejor de los lilas y la gente pide a gritos que se quede. No será fácil, pero habrá que dar la pelea.