Álvaro Ortiz, Henry y Campos reconocen la necesidad de generar alternativas para la falta de infraestructura vial, pero coinciden en que es necesario regular el costo de los peajes. En tanto, Víctor Hugo Figueroa cree que la idea no es buena.
Como era de prever, el anuncio del Ministerio de Obras Públicas (MOP), de impulsar el desarrollo de proyectos para el diseño, construcción y operación de autopistas urbanas en la región del Biobío, siguiendo en parte el ejemplo de la Región Metropolitana, generó una serie de reacciones.
Y los primeros fueron los alcaldes de Concepción, Talcahuano y Penco, quienes apuntaron al alto valor de los peajes en este tipo de vías, a la falta de participación a la hora de definir por dónde pasarán estas nuevas rutas y uno de ellos calificó, derechamente, como un fracaso del Estado el proponer esta opción de mano de los privados.
Así en el caso del alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, quien es también presidente de la Asociación de Municipalidades de la Región del Biobío, señaló que a la hora de buscar soluciones a la crisis de movilidad hay que pensar en todas las opciones, de modo que la planificación urbana se enriquezca en pos de la comunidad, permitiendo encontrar soluciones para la congestión y la seguridad vial, pero lo que ha hecho en la capital política del país, no necesariamente es el mejor ejemplo a seguir, señaló.
“Ya existe un enorme referente en la Región Metropolitana, territorio que no sería capaz de sostener su movilidad si no fuera por las enormes obras de infraestructura pública y privada que se han desarrollado, las modernas tecnologías de control de tránsito utilizadas y las medidas de carácter administrativo y restrictivo que permiten, con dificultad, la vida cotidiana en la capital”, planteó Ortiz.
En este sentido, el representante de una parte importante de los municipios del Biobío, fue más bien crítico del modelo actual que opera en la región Metropolitana y que incluye por cierto, las autopistas urbanas, vía concesiones.
“Es un buen espejo en el que ver lo que no queremos para el Biobío y el Gran Concepción. Esto es servicios deficientes en términos de seguridad vial y seguridad pública, inadecuada respuesta frente a situaciones de emergencia general, mantención de cobros a pesar de prestaciones ineficientes, escasos o inexistentes mecanismos de defensa de los derechos de los usuarios, etc. Y lo más importante, desde nuestro punto de vista: la escasa participación de las municipalidades en diseños de rutas y obras, lo que se ha traducido en muchas oportunidades en que los habitantes no cuenten con alternativas viables si su opción es no utilizar carreteras concesionadas”, sostuvo Ortiz.
Una mirada similar tiene el alcalde Talcahuano, Henry Campos, quien es también vicepresidente de la Asociación Chilena de Municipalidades. Campos reconoce que es necesario encontrar fórmulas que permitan mejorar la forma y los tiempos de desplazamientos de las personas y los bienes que producen las personas, en una región que tiene un marcado acento logístico y de servicios, acotó.
“Es importante avanzar en las mejoras de la infraestructura en carreteras y vialidad que hoy día tenemos en la Región. Uno de los grandes problemas que existe es precisamente la congestión, esa congestión que termina afectando a las cadenas logísticas que hoy son parte del Biobío como lo son nuestros puertos, las empresas forestales, las empresas pesqueras, como lo son las exportaciones y las importaciones”, explicó.
Pero con la misma claridad Campos apuntó a los cobros por el uso de esas nuevas vías como un factor que hay que supervisar para que no existan tarifas desmedidass, poniendo como ejemplo un caso local.
“Veo con buenos ojos que podamos ingresar a un sistema de concesiones y de autopistas urbanas como las que tiene Santiago, pero sin lugar a dudas aquí hay que tener algo en claro: no pueden transformarse en cobros abusivos como los que se ven también en la Región Metropolitana y como también lo vemos con una autopista urbana que hoy tenemos en la propia región como es el caso de la Autopista Interportuaria, donde tenemos el peaje más caro de Chile por kilómetro recorrido”, aseguró el jefe comunal.
A quien derechamente la idea no le gusta es al alcalde de Penco, Víctor Hugo Figueroa. “Eso significa abrir una puerta que ya no se cierra nunca más, porque implica que todas las familias de aquí en adelante además de pagar luz, agua, gas, tv cable e internet habrá que agregarle la cuenta de Tag y este es un daño preferente a la clase media que es la que está más exprimida al día de hoy”.
Por último, Figueroa aseveró que al pensar el Estado en esta opción, lo que se hacía era reconocer un fracaso en la política pública de construir con recursos propios.
“Yo no sé si esa sea una nueva idea. Me encantaría que hoy el Estado estuviera diseñando sus propios proyectos . El Estado tiene facultad para expropiar, Chile tiene riquezas como para construir estas vías y no tener que llegar a un privado. Ahora me llama mucho la atención que un gobierno de izquierda, el más de izquierda que hayamos tenido en los últimos 40 años, esté promoviendo concesionar rutas, que significa crear un peaje para el resto de nuestras vidas”, cerró la autoridad comunal.
