La intervención, también conocida como “Mamoplastia de Reducción”, se extiende a mujeres desde la pubertad hasta la postmenopausia, mejorando su calidad de vida desde el aspecto de las molestias y síntomas físicos, autoestima, vida sexual e incluso desde la perspectiva social.
La intervención, también conocida como “Mamoplastia de Reducción”, se extiende a mujeres desde la pubertad hasta la postmenopausia, mejorando su calidad de vida desde el aspecto de las molestias y síntomas físicos, autoestima, vida sexual e incluso desde la perspectiva social.
En la actualidad, son más de 15 mil las personas que se someten anualmente en Chile a algún tipo de cirugía plástica, ya sea por temas estéticos o de salud.
Dentro de las cirugías plásticas reconstructivas más solicitadas en el país se encuentra a Mamoplastia de Reducción, la cual consiste en la en la extracción de la grasa, tejido glandular y piel de la mama, reduciendo su tamaño y peso, permitiendo que ésta quede de un tamaño acorde al cuerpo de cada paciente. Lo interesante de esta intervención es que se puede reducir también el tamaño de la areola y el pezón, los cuales en muchos casos crecen por la lactancia o el mismo peso de las mamas, algo muy importante para quienes se realizan este procedimiento.
Técnicas que se utilizan
Se debe tener en claro que esta intervención, principalmente es solicitada por mujeres que poseen un busto de gran tamaño y peso, por lo que cargan con una especie de “mochila delantera” que les genera múltiples dolores, tales como la dolor de cuello, hombros, espalda alta, rigidez de nuca e incluso la deformación de la columna vertebral, con el paso del tiempo, indicó la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica (Sccp).
“Existen varias técnicas para disminuir la cantidad de tejido mamario, pero es importante conservar la posibilidad que después de la operación éstas sigan funcionando de forma normal, permitiendo la lactancia e idealmente conservando la sensibilidad de los pezones. También hay que considerar que estas pacientes sufren de ‘Ptosis Mamaria’, donde, tanto la areola como el pezón están caídos. Por eso, complementariamente a la reducción del volumen, debemos llevar la areola y el pezón más arriba”, explicó el cirujano plástico, Dante González, miembro de la SCCP.
No es exclusiva para las mujeres
Hoy en día es bastante común que hombres sufran de Ginecomastia; enfermedad que consiste en el desarrollo patológico de tejido de una o ambas glándulas mamarias del pecho. De hecho, sólo en 2016 este procedimiento representó el 20% del total de cirugías masculinas en nuestro país, un número no menor.
“Todos los hombres tienen un botón mamario rudimentario y según la información genética, no debieran desarrollar tejido mamario. No obstante, si existe una alteración en la pubertad o a edades más avanzadas, como también aumento de peso en un periodo corto de tiempo, el volumen de la mama y tejido aumentan, causando molestia en los hombres -físicas como estéticas-. Lo que puede solucionarse con una cirugía de rápida recuperación”, aseguró el cirujano plástico.
Recomendaciones
Tanto la reducción mamaria como la resección de la Ginecomastia son considerados procedimientos reconstructivos, por ende, cuentan con cobertura de isapres y seguros.
"Es por ello que es importante que, tanto las mujeres como los hombres que presenten estos problemas consulten precozmente, idealmente en la pubertad, para intervenir antes que se produzcan secuelas físicas o psicológicas. Las madres no deben esperar a que sus hijas tengan 18 años para corregir el problema, ya que pueden operarse tan pronto se presente esta condición”, finalizó, el director de la Sccp, Stefan Danilla.