Osvaldo Leiva, presidente del gremio, advirtió, además, que se requerirá de nuevos subsidios para reforestar y recuperar la industria de la madera.

 

Felipe Placencia Soto
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Una dura proyección entregó el presidente de la Pequeña y Mediana Empresa Maderera en la Región del Bío Bío ( Pymemad), Osvaldo Leiva, ante la catástrofe forestal: cesantía y falta de abastecimiento de madera.

"Naturalmente que esto rebota. Esto es una cascada: puede provocar que haya menos gente, porque hay menos producción de madera con menos abastecimiento, menos flete de camiones, etcétera. Hay gente que ha esperado casi 20 años para botar un bosque, comprar una casa, educar a sus hijos y de la noche a la mañana viene el fuego y se acaba todo en cuestión de segundos", aseguró Leiva.

Sin embargo, puso en advertencia que la mayoría de los afectados fueron pequeños productores y que el fenómeno no se verá de inmediato, ya que lo primero que harán será tratar de rescatar lo máximo para vender al mejor precio posible y contrarrestar en algo las pérdidas.

"De seguro que habrá mucho abastecimiento, ya que mucha gente querrá vender eso quemado antes que se deteriore más. Todo dependerá de la época de desarrollo que haya estado el bosque", explicó Leiva.

El gremialista precisó también que "se puede hacer astilla para combustible, pero no destinarse para la pulpa de celulosa. Como es un carbón, se contamina. El grave problema que tiene la celulosa es el proceso de blanqueo. Es echarle carbón".

Recalcó que es muy difícil destinar un buen uso a la madera quemada. "Los metros rumas la verdad es que tienen muy poco uso, salvo para polines, si tienen buena forma".

Por otro lado, ocurrirá que aquellos que no fueron afectados por el avance del fuego, tendrán la intención de realizar faenas antes de que otro incendio llegue más adelante al predio.

"Los que están en condiciones aún verdes van a querer botar antes que se les queme. Es que es un negocio a largo plazo".

Y no es exagerado. Un bosque para aprovechar al máximo su potencialidad requiere de más de 15 a 20 años, dependiendo de la orientación y uso.

"No es como un molino de trigo, en que si llega el fuego y te quema todo se puede mejorar al año después. En el caso nuestro es casi dos décadas", lamentó Leiva.

 

Daños a la industria

De acuerdo al presidente de Pymemad Bío Bío, ninguno de los 26 socios empresarios que conforman la colectividad sufrió daños, al menos en consideración hasta el momento de dar la entrevista.

"Como Pymemad no hemos tenido daños cuantiosos desde el punto de vista de la industria. Ayer estuvimos en Chaimávida y una estuvo a punto de, y finalmente no le pasó nada", reveló Leiva.

No obstante, no es la suerte que corrieron las madereras de Maule, en especial las asentadas en Constitución, donde el megaincendio no perdonó a las mil casas de Santa Olga.

"En la zona del Maule y en O´Higgins se ha perdido una cortina, una corrida de industrias que estaban a orillas de la carretera a Constitución. Son de todo tipo: aserraderos, polineras, tanto chicas y medianas empresas", indicó Leiva.

Recuperación

Es por ello que se requerirá todo tipo de ayuda, en especial para poder reforestar los predios . 

"Tuve una reunión bastante larga con el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitrán, y se están buscando en este minuto las herramientas para ir en apoyo de la industria maderera secundaria, de la pequeña y la mediana", adelantó Leiva.

Cabe recordar que el Decreto de Ley 701 no está operando. "Eso ya no existe. Se le presentó a la Presidenta la posibilidad de que haya algo especial en el proceso de la reconstrucción, que los pequeños productores, gente que esté apoyada a nivel de Indap y las pymes que hayan perdido los bosques tengan una segunda ayuda en la forestación", manifestó Leiva.