El sicólogo hace una dura crítica al sistema de medición y propone generar mecanismos de valoración de logros individuales. Asimismo, cuestiona el compromiso ciudadano con los estudiantes más vulnerables.
El sicólogo hace una dura crítica al sistema de medición y propone generar mecanismos de valoración de logros individuales. Asimismo, cuestiona el compromiso ciudadano con los estudiantes más vulnerables.
Tania Merino Macchiavello
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El próximo miércoles las universidades publicarán los resultados de las postulaciones para los más de 290 mil jóvenes de todo el país que competirán por conseguir un cupo en las universidades adscritas en el Sistema Único de Admisión (en la Región son 36 mil postulantes para algo más de 11 mil vacantes) en un año marcado por puntajes particularmente bajos, en que el promedio nacional fue de 500 puntos, apenas el mínimo para postular a alguna de las instituciones.
De paso por Concepción, invitado por la Universidad Católica de la Santísima Concepción, el sicólogo y activista social Benito Baranda planteó duras críticas respecto de la evidente "abismo" que persiste en Chile en cuanto a sectores socioeconómicos y que, a su juicio, lo seguirá haciendo mientras no deje de ser un puntaje PSU la forma de medir logros.
"El modelo de educación que tomó Chile y las distintas reformas o programas que se han realizado han acentuado la segmentación educacional. Ya la segregación residencial segmentó la educación y por supuesto después todas las intervenciones del estado lo han hecho aún más".
– ¿En qué casos y qué hacer para avanzar?
– Hay que recordar en años pasado lo de los Liceos Bicentenario que se llevaron a los mejores alumnos a determinados liceos… entonces el primer paso es empezar a reducir esa segmentación. A propiciar como alumnos que tienen mayores dificultades puedes estar insertos entre quienes tienen menos, como ocurre en la vida cotidiana, como ocurre en una familia numerosa en la que puede haber personas que tienen mayores dificultades, pero que no las sacas de esa familia y los llevas a vivir con todos los que tienen más dificultades.
Consultado sobre la realidad de establecimientos como el liceo local Juan Martínez de Rozas, heredero del programa Liceo para Todos, en que sus alumnos de altos niveles de vulnerabilidad pese a esforzarse promedian cerca de 400 puntos, Baranda fue categórico: "se debe cambiar de una vez por todas los indicadores".
"Las personas – continúa el representante de América Solidaria- deben ser evaluadas por los mapas de progreso individual. Si esos jóvenes ingresaron con grandes dificultades y sus académicos y su director lograron que terminaran la educación media, con resultados quizás mínimos, pero que la terminaran teniendo una alta probabilidad de haber desertado, de haber abandonado, eso es un éxito. El haberlos recibido a lo mejor sin las capacidades, pero hacer que se nivelaran y terminaran, es un logro. En su mapa de progreso individual ellos, a lo mejor, progresaron mucho más que las personas que tienen un puntaje nacional y eso no lo mide la PSU.
– ¿Cómo se debe enfrentar el tema?
– Si no haces ingresar indicadores que respeten la dignidad de las personas vamos a seguir destruyéndolos y destruyendo las iniciativas que permitan cambiar esa realidad de segregación.
Todo esto demuestra, además, lo insuficiente que es la colaboración de la ciudadanía, me imagino que en ese liceo donde acuden jóvenes que tienen necesidades hay quizás cero voluntariado, cero apoyo externo de personas que los ayuden a nivelarse. Si uno identifica un espacio en tu territorio que tiene grandes necesidades ese espacio debiera ser el foco de tu acción profesional, de voluntariado.
También para la ciudadanía movilizarse en esos espacios debería ser urgente… que las facultades de educación de esta u otras universidades deberían decir esos son los espacios donde tenemos que acompañara los académicos.
– ¿Fue un error el programa Liceo para Todos?
– Tuvo grandes errores, pero para mí el programa Bicentenario es el que mayor daño provoca, tienen ese maldito hábito, que lo tienen también muchos liceos particulares, que a aquellos alumnos con un rendimiento poquito inferior no los hacen dar el Simce o les dicen que la PSU la rindan al año siguiente y se abstienen de rendirla para no afectar el promedio del liceo. No ocurre en todos, pero ocurre. Un titular de prensa decía: le fue bien a los liceos bicentenario, pero ¡cómo no le va a ir bien si ahí concentraron a los mejores alumnos, es de perogrullo!
– Y tenemos también el tema de los emblemáticos, en que hoy se discute si perpetuar la selección o no porque bajaron su puntaje PSU.
– Los emblemáticos son una consecuencia de un período de la educación chilena, donde había mucha escasez de recursos, pocos establecimientos educacionales de séptimo a cuarto medio que pudieran ser una oferta de calidad para aquellos que tenían la meritocracia, pero eso ya se acabó en Chile, hay liceos en todo Chile, no hablemos más de los emblemáticos, los liceos debieran ser todos emblemáticos.
– Por que además no es representativo de la realidad…
– Y considero que es también una hipocresía porque, dónde están los ex alumnos del instituto Nacional. Todos esos que se hicieron ricos, que son políticos, ellos deberían estar colaborando con el Instituto Nacional si lo quieren tener tan bueno, pero no nos exijan al resto de la ciudadanía que impuestos de todos los chilenos vayan a parar a un solo establecimiento educacional. Los tenemos que repartir entre todos los liceos de chile.