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Lavandería 21 se consolida como trampolín laboral para sus trabajadores

La demanda por trabajar es alta, confiesa la encargada, por lo que surgió la idea de que a partir de la experiencia ganada aquí, puedan ser derivados a otras empresas, creándose un círculo virtuoso.

Por: Diario Concepción 16 de Diciembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-406.jpg

La demanda por trabajar es alta, confiesa la encargada, por lo que surgió la idea de que a partir de la experiencia ganada aquí, puedan ser derivados a otras empresas, creándose un círculo virtuoso.

 

Javier Ochoa Provoste
javier.ochoa@diarioconcepcion.cl

Dos años y tres meses lleva funcionando la primera lavandería inclusiva de Chile a cargo del Arzobispado de Concepción. Si bien partió como una lavandería industrial, hoy la apuesta es conquistar el mercado particular, para lo cual adquirieron una nueva lavadora de última generación que les permitirá ampliar su oferta para recibir volúmenes menores, pero igualmente necesarios para el desarrollo de la empresa.

Así lo explicó la encargada de proyectos del Arzobispado de Concepción, Pamela Cánovas, quien contó a Diario Concepción cómo ha sido este camino que hoy genera 18 puestos de trabajo, quince de los cuales son de jóvenes con síndrome de Down.

Se trata de una fundación sin fines de lucro, que a partir de donaciones en dinero y horas hombre, hizo posible abrir una empresa inclusiva que hoy ha ido mucho más allá. Sí, porque naturalmente fue transformándose en una verdadera bolsa de empleo a partir de la alta demanda que el propio funcionamiento de la lavandería iba generando.

"Se nos ha acercado harta gente a preguntarnos por cupos laborales, y la verdad es que al principio sólo nos remitíamos a tomar los datos, pero la realidad era que no existían más cupos para trabajar en la lavandería. Fue cuando comenzó la idea de poder reubicarlos en otras empresas, trabajo que en todo caso ha sido lento porque así lo hemos querido, ya que debemos estudiar muy bien dónde pueden ser útiles y que a la vez se den las condiciones necesarias de seguridad. Por otra parte, no nos podemos quedar sin operarios para la lavandería, que siempre será nuestra prioridad, tanto para nosotros como para ellos, que pese a que se hayan ido a otro lado, siempre se sienten que son de acá, así lo han hecho ver", explicó Pamela Cánovas.

Hoy suman seis los jóvenes que han salido a trabajar en otros puntos. El propio Arzobispado, la Casa Betania y la Ucsc son algunos ejemplos.

Pamela confiesa que al principio hubo hartas dudas de los padres y de ellos mismos, ya que implicaba sacarlos de un grupo ya afiatado que entre pares se potenciaban, generando vínculos personales bien potentes. 

"¡Están felices!", aseguró la encargada de proyectos del Arzobispado de Concepción, la periodista Pamela Cánovas, dejando en claro que la apuesta ha funcionado.

La historia

Fueron $120 millones los que se reunieron gracias a aportes particulares y de empresas, lo que permitió abrir la lavandería en septiembre de 2014, en un galpón que es del Arzobispado, ubicado en Manuel Rodríguez, entre Tucapel y Castellón. Hoy se transformó en un amplio, moderno y limpio inmueble, con estacionamiento propio. 

En todo momento contaron con la ayuda de mucha gente y entidades, comenta Pamela. Por ejemplo, la facultad de arquitectura de la USS ayudó con el diseño de la lavandería, y el Duoc UC con el plan de negocios. Asimismo, la Ucsc ha sido un apoyo en todo momento, puntualizó, a través de su departamento de Educación Diferencial, a cargo de lo más importante: sus jóvenes trabajadores.

"Siempre supimos que debíamos lavar 600 kilos diarios para que este negocio debiera ser sustentable. Ahí empezamos a contactar a empresas que al principio nos pasaban unos pocos kilos, pero paulatinamente fueron dándose cuenta de que el servicio nuestro era de calidad".

Hoy reciben cargas de clientes industriales como hotel Radisson, clínica Universitaria y Sanatorio Alemán. En paralelo, apuestan a los clientes particulares, esto, tras la adquisición de una lavadora 2.0 que costó cerca de $43 millones.

– ¿Por qué lavandería?

– Vimos en esto algo concreto, pero la idea fue de Fernando Chomali, que se inspiró en un modelo similar que vio en Estados Unidos. Él siempre insistió que debíamos partir con las mejores máquinas, servicio y profesionalismo, y así ha sido, y ha resultado clave para que a pesar de momentos difíciles en lo económico, hemos salido a flote.

– ¿Cómo ha sido esta experiencia?

– Es increíble lo positivo que generan en el ambiente laboral. Irradian una alegría que al más serio te lo ablanda.

La clave es determinar qué tareas se pueden asignar y qué no. Lo demás es capacitación, pero son muy disciplinados y trabajadores. Y eso lo dijo la encargada por más de 30 años de la lavandería del Hospital Regional, que nos asesora, y que entre risas nos comentaba que sería bueno que desde allá vieran cómo trabajan en Lavandería 21.

 

 

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