Con el apoyo de organizaciones humanitarias que repartieron agua, sillas y se preocuparon por la salud de los fieles, se realizó el masivo peregrinaje hasta la Virgen que da nombre al cerro. El punto negro, una vez más, fue el comercio ambulante y la basura.
Con el apoyo de organizaciones humanitarias que repartieron agua, sillas y se preocuparon por la salud de los fieles, se realizó el masivo peregrinaje hasta la Virgen que da nombre al cerro. El punto negro, una vez más, fue el comercio ambulante y la basura.
Equipo Diario Concepción
carolina.abello@diarioconcepcion.cl
Cerca de cinco mil fieles llegaron desde primera hora de ayer hasta el sector de Cerro La Virgen, para celebrar la festividad de la Santísima Concepción.
Familias completas, desde ancianos a niños, llegaron al lugar para cumplir con la tradición. Muchos llevaron hasta sus pequeñas mascotas para ser bendecidas.
En el lugar se realizaron misas cada una hora, para que a las 17:30 horas, se realizara la principal Eucaristía en la Catedral penquista.
Desde allí salió la tradicional procesión, encabezada por el arzobispo de Concepción, monseñor Fernando Chomali, hasta el santuario ubicado en el cerro, donde se celebra el final del mes dedicado a la virgen, donde se manifiestan todas las personas católicas en sus comunidades en los rezos y encuentros.
El recorrido fue por calle O’Higgins, Roosevelt, Plaza Don Bosco, para concluir en la cumbre del cerro.
En torno a esta festividad, se han tomado todos los resguardos de seguridad y Carabineros se encargará de los cierres de las calles, los que comenzaron muy temprano. Además, a las 15 horas comenzó el partido de Colo Colo y Palestino, por lo que incluso hubo una mayor seguridad en el sector.
Devoción y curiosidad
Como ya es tradición, ayer se registró una de las temperaturas más altas en la zona en lo que va de diciembre, con una máxima de 23° grados pasadas las 14 horas, lo que no le hizo más fácil el recorrido a los peregrinos, en particular al numeroso sector etario de la tercera edad.
Como cada año en este día, Andrea Cifuentes (42) y su familia subieron el cerro para agradecer a la Virgen de la Inmaculada Concepción. "No fuimos a pagar mandas, sino a agradecerle por su protección". Cuenta que es la tercera vez que sube junto a su hija, de 8 años, y que puede notar cómo se ha ido transformando en un hito para ella. "El hecho de rezar, de dar la paz, de hacer parte del recorrido, para ella es importante, porque sabe que va a ver a la Virgen. Esas pequeñas cosas la van vinculando al mundo católico".
Pero no todos los visitantes lo hicieron por fervor religioso. Es el caso de Fabián Rodríguez, 26 años, profesor de Español, quien participó por primera vez en la procesión junto a su novia, según comenta, más por curiosidad que por devoción. "Era una buena oportunidad para conocer un lugar muy lindo de la ciudad, que buena parte del año permanece cerrado. Y por supuesto, en el contexto de una peregrinación masiva, es aún más interesante el recorrido. Como la ruta de Santiago de Compostela, pero en escala infinitamente menor".
Cuenta que le llamó la atención la diversidad y abundancia de comercio ambulante: "Los vendedores ofrecían ropa, juguetes, plantas, herramientas y uno que otro puesto de motivos religiosos".
En relación a eso, consignó como punto negro la poca preocupación por la limpieza del lugar. "Abajo del cerro habían algunos tarros de basura, pero en el camino, no se podía encontrar ningún tacho para botar nada, ni palos de helado ni las botellas de agua que los propios ambulantes vendían en el camino", critica.
Eso sí, destacó la participación de organizaciones humanitarias, como la Defensa Civil, Scouts y Cruz Roja, preocupados de suministrar agua y prestando asistencia ante cualquier emergencia de los feligreses. Incluso, cuenta que se facilitaron sillas para los adultos mayores que quisieran descansar un rato.