Economista dijo que partiría a Francia para tratarse un cáncer, pero no hay registros médicos. El miércoles, la Cancillería detectó que estaba en Rumania, pues pidió un certificado en Bucarest.
Economista dijo que partiría a Francia para tratarse un cáncer, pero no hay registros médicos. El miércoles, la Cancillería detectó que estaba en Rumania, pues pidió un certificado en Bucarest.
La familia del economista Rafael Garay Pita (40) está preocupada. El profesional, asiduo invitado a los programas de televisión para hablar de finanzas y quien tiene una empresa de administración de patrimonio, avisó que viajaría a París para someterse a un tratamiento de quimioterapia para intentar combatir un cáncer fulminante que, según dijo, tenía alojado en su cerebro.
Fue el mismo ingeniero comercial quien, el pasado 13 de junio, dio a conocer la noticia de su enfermedad a través de su cuenta en Facebook: “Hace un tiempo me fue detectado un glioblastoma. Esto es un tumor, una suerte de cáncer cerebral (…). Antes de 21 días renunciaré a todas mis actividades laborales y profesionales para focalizarme solo en esto. Mis inversionistas recibirán sus dineros con las ganancias (…). Dejo directorios y medios de comunicación”. De esta forma, el economista se retiró de la palestra pública. En los años anteriores, a través de una serie de entrevistas, había dado a conocer episodios de su vida privada, como que tuvo una difícil infancia, hasta una vistosa carrera profesional, con importantes inversiones y dueño de seis autos de lujo.
El viaje de Garay se concretó el pasado 4 de septiembre y dejó un mensaje en su WhatsApp que indicaba que “por quimioterapia y otros procedimientos estaré desconectado del 5 al 14 de septiembre. Totalmente desconectado. Gracias por la energía”. Llegada la fecha anunciada por el economista, sus familiares y cercanos seguían sin tener contacto con él, por lo que decidieron actuar. Primero sus parientes, quienes el miércoles interpusieron una denuncia por presunta desgracia en Concepción, y luego su abogado (que durante la tarde renunció al patrocinio de su causa), Angel Valencia, el que presentó la misma acción ante el fiscal Centro Norte, José Morales.
Ayer en la mañana, el Ministerio Público, las oficinas de Interpol y Extranjería de la PDI, así como Carabineros, iniciaron las diligencias para rastrear los pasos del economista. Las primeras informaciones arrojaron datos diferentes a los que Garay había contado. Policía Internacional dio cuenta de que el profesional abandonó Chile el 4 de septiembre en el vuelo AF401 de Air France, pero éste informó en el paso fronterizo que su destino final era Tailandia. Una de las particularidades de su salida del país fue que tuvo que pagar sobrepeso de equipaje, ya que llevaba 27 kilos sobre lo permitido.
Los datos obtenidos por Interpol de la PDI indican que el 5 de septiembre abordó un vuelo que salió desde París y llegó a Bangkok. Su siguiente movimiento migratorio se registró el 11 de septiembre, cuando tomó un avión desde Tailandia hasta Amsterdam, en los Países Bajos, y ese mismo día se trasladó hasta París.
El último registro de las actividades de Garay se dieron a conocer y llegaron hasta la PDI a través del Ministerio de Relaciones Exteriores. Esto, porque el miércoles acudió hasta el consulado de Bucarest, en Rumania, para solicitar un certificado que diera cuenta de que su estado civil es soltero.
El subprefecto de la Interpol de la PDI, Ricardo Quiroz, señaló que se emitió a todas las unidades de Interpol del mundo “una alerta amarilla por una persona desaparecida”. Esto implica que los policías deben intentar dar con su paradero sólo para informarle que está siendo buscado desde Chile. Esto no implica, explicaron, ninguna acción que pueda implicar una restricción a su libertad.
El teniente de Carabineros Oscar Valdés, de la Dirección de Investigación Criminal, indicó que con la información recopilada en las últimas horas “se logró establecer que habría efectuado algún tipo de trámite en Rumania, con la finalidad de realizar algún tipo de trámite”. Entre las diligencias que se evalúa solicitar en esta causa se encuentra pedir al aeropuerto las cámaras de seguridad del día en que Garay abordó el avión, para determinar si se puede establecer con quién estaba y cuál era el equipaje que portaba.
Hay otro dato en la historia de Garay que no se pudo comprobar. Indicó a sus cercanos que se trataría en el centro europeo del cáncer Gustave Roussy, en Francia, pero en esa institución no existe registro de su paso por ahí. “Lo siento, no hay ningún paciente con ese nombre”, señaló la secretaria. Al insistir sobre la posibilidad de que en algún momento hubiera sido paciente del lugar, pero no estuviera en ese momento en la clínica, se aseguró que eso no era posible, porque en ese caso su nombre “debería aparecer en la pantalla”. En tanto, la familia del economista, a través de un comunicado, indicó que “Rafael tomo contacto con su familia entre los días 11 y 12 del presente mes y nos comunicó que su regreso estaba programado para el día 15 de septiembre, a las 9.00, lo que no ocurrió”. También se supo ayer que el ingeniero comercial tiene una pareja que estaría embarazada en Concepción, ciudad de la cual es su familia. Otro elemento que se maneja en la indagatoria es que en las últimas semanas habría tenido conversaciones a través de internet con una ciudadana rumana.
Investigación
Uno de los pasos que ahora deben seguir los investigadores es reconstruir los últimos movimientos de Garay y establecer el motivo por el cual no se ha contactado con sus cercanos. Así es como se maneja, por ejemplo, que ya había visitado Tailandia en 2013. Información no oficial indicaba que el motivo de ese viaje habría sido ir a un templo de monjes que practicaban artes marciales. Esto, porque es un conocido practicante de esas disciplinas. De hecho, solía practicarla junto al periodista Iván Núñez, quien le habría recomendado tratar el tumor en la clínica francesa.
Núñez tenía, además, otra relación con Garay, pues el economista le administraba parte de su patrimonio. Este es, justamente, otro de los ejes que rodean la desaparición del ingeniero comercial. En junio pasado, junto con anunciar que padecía de un cáncer cerebral terminal, añadió que se encontraba en proceso de liquidación de su compañía de asesorías Think & Co, devolviendo el dinero a sus clientes.
Fue para este proceso que se puso en contacto con su ahora ex abogado Angel Valencia. En su denuncia ante el fiscal, este último indicó que fue contactado el 6 de julio por Garay, quien le comentó de su cáncer y que le iba a transferir $ 2.000 millones para pagar a todos sus clientes. El traspaso de dinero no se concretó en esa oportunidad, pero luego se reunieron para acordar la forma en que se iba a reembolsar el dinero. Valencia declaró que recibió 50 cheques por parte de Garay antes de que viajara a Europa, de los cuales 36 estaban firmados y que debían girarse a nombre de los clientes. Todo esto se activaría sólo en caso de que falleciera.
La última parte de la denuncia por presunta desgracia tiene relación con el periodista Iván Núñez, pues Valencia indicó que se sentía amenazado por éste, ya que estaba exigiendo que se le entregaran los cheques y que, de no ser así, lo denunciaría. Núñez dijo ayer a Chilevisión que “yo todavía considero que Rafael es mi amigo. El me dijo algo en su minuto, lo que yo atribuí al estado que estaba viviendo. Me señaló: ‘Yo te voy a defraudar, porque no soy la persona que tu crees que yo soy’”.
Ayer, Valencia acudió nuevamente a la fiscalía para entregar los cheques al fiscal Morales. A la salida, dijo que “toda la información que tengo la entregué a la fiscalía, que tiene a su cargo la causa”.
En tanto, trascendió que un grupo de inversionistas de Think & Co estaría preparando una querella en su contra.