La marcha del domingo, que convocó a más de 700 mil personas en el país y cuyo lema fue No + AFP, situó el tema pensiones como una prioridad ciudadana. Desde varios sectores se ha propuesto un régimen de reparto, que ya operó en Chile hasta 1981. Aquí, sus principales características y la opinión de expertos.
La marcha del domingo, que convocó a más de 700 mil personas en el país y cuyo lema fue No + AFP, situó el tema pensiones como una prioridad ciudadana. Desde varios sectores se ha propuesto un régimen de reparto, que ya operó en Chile hasta 1981. Aquí, sus principales características y la opinión de expertos.
La marcha que más de 700 mil personas emprendieron el domingo pasado a lo largo del país bajo el lema No + AFP se tomó el debate y con ella resurgieron propuestas como restablecer el sistema de reparto en reemplazo del de capitalización individual.
* Diferencia de los modelos. La capitalización individual nació en 1981, con una reforma implementada durante el gobierno de Augusto Pinochet. En éste, cada trabajador aporta sus cotizaciones obligatorias a una cuenta administrada por una AFP con el fin de generar rentabilidad. El de reparto, en cambio, es un seguro solidario en el que, con los recursos provenientes de las cotizaciones de la fuerza laboral activa, se atienden las pensiones de los retirados.
* Cómo operaba el sistema de reparto. Era un sistema de cajas de previsión de carácter semi público, constató el informe final de la Comisión Bravo. Y en lo económico, con el pago de las cotizaciones se aseguraba al beneficiario atención médica, pensión de invalidez y una jubilación a partir de cierta edad. A fines de la década de 1970 llegaron a operar 35 cajas de previsión y alrededor de 150 regímenes previsionales distintos. La normativa estaba dispersa en más de 600 cuerpos legales. “Cada caja podía tener distintos beneficios de pensiones. Algunas lo ligaban al promedio de las últimas remuneraciones y otras a la última remuneración. El sistema de pensiones actual no se vincula a las últimas remuneraciones sino al saldo acumulado y un cálculo actuarial que considera expectativa de vida, condiciones de mercado y composición familiar”, declaró José Luis Ruiz, académico de la Universidad de Chile e integrante de la Comisión Bravo.
*¿Cuál era la cobertura? El libro Políticas Sociales y Desarrollo, que en 1985 publicó José Pablo Arellano, señaló que en términos de cobertura al sistema llegó a estar afiliada cerca del 75% de la fuerza de trabajo: “La mayoría de los trabajadores se encontraban afiliados a tres instituciones. El Servicio de Seguro Social acogía a más del 45% de la fuerza de trabajo; la Caja de Empleados ParticuIares, al 11%; y Ia Caja de Empleados Públicos y Periodistas, al 7%. Las treinta y tantas cajas restantes afiliaban aI 12%”.
Salvador Valdés, economista del Instituto Economía UC y de Clapes UC, sostuvo en este ámbito que a quien no reunía 15,4 años de cotización en la Caja del Seguro Social, no se le pagaba nada si era hombre. “Tampoco pagaba nada a las mujeres que no reúnen 10 años de cotización. Esta es una fórmula injusta, superada por el sistema de capitalización, pues la ley establece que siempre devuelva a cada uno todo lo que cotizó más intereses”.
*¿Y la tasa? En cuanto a tasas de cotización, hoy llega al 10% de la remuneración imponible con cargo al trabajador. En 1973 el Servicio de Seguro Social requería una cotización del trabajador de 9,5% y del empleador, de 40,4% de la remuneración imponible. La Caja de Empleados Particulares tenía una cotización de 14,6% y de 44,4%, respectivamente, mientras que en la Caja de Empleados Públicos era de 18,8% y 7%, en cada caso.
Valdés precisó que los sistemas de reparto tienen en común que todos obtienen recursos que sólo provienen de las cotizaciones corrientes; es decir, de las recibidas el mes anterior. A su juicio, esto genera efectos como el no tener ingresos por intereses, el no contar con un fondo de reserva y una alta dependencia política.
*¿A qué edad se jubilaba? Las edades de jubilación por vejez fluctuaban entre 55 y 65 años. En 1979 se uniformaron en 60 años para las mujeres y 65 para los hombres, las que se mantuvieron en el actual sistema como edades mínimas para el retiro laboral.
En esto cabe consignar que la esperanza de vida al nacer (EVN) para el lustro 1975-1985 era de 67 para los hombres y de 63 para las mujeres. En el presente, es 76 años y 81 años, respectivamente. Por otro lado, las tablas de mortalidad vigentes desde comienzos de mes, usadas para el cálculo de las pensiones de los afiliados al sistema de AFP, considera que las mujeres que en 2016 tengan 60 años vivirán hasta los 90, y que los hombres que cumplan 65 tendrán una sobrevida de 85.
La Comisión Bravo desestimó volver al sistema de reparto.