El hombre, que hoy reside en Concepción, acusó al ex comandante en jefe del Ejército de estar en la tortura a la que fue sometido en La Serena. Además, es hermano de uno de los asesinados por la Caravana de la Muerte, caso por el cual está detenido el general del "nunca más".
El hombre, que hoy reside en Concepción, acusó al ex comandante en jefe del Ejército de estar en la tortura a la que fue sometido en La Serena. Además, es hermano de uno de los asesinados por la Caravana de la Muerte, caso por el cual está detenido el general del "nunca más".
Maximiliano Alarcón González
maximiliano.alarcon@diarioconcepcion.cl
Habíamos pactado una entrevista a las 17:00 horas de ayer, pero al conocerse la detención del general Juan Emlio Cheyre, volvimos a contactar a Nicolás Barrantes (60) por teléfono, quien se enteró de la noticia a través de Diario Concepción. "¡No le puedo creer! ¿Cómo le explico? Siento calambres, una cosquilla en todo el cuerpo", indicó emocionado al saber las novedades.
Barrantes afirmó hace algunas semanas al programa Informe Especial de TVN: "Cheyre me torturó". Este hombre, de profesión ingeniero civil industrial, que hoy reside en Concepción, cayó detenido en su natal Ovalle en octubre de 1973 y luego fue trasladado a La Serena, donde asegura que quien estaba a cargo de las torturas en el regimiento era el general Cheyre, el que ayer fue detenido tras la orden de procesamiento del ministro de la Corte Suprema, Mario Carroza.
Cheyre fue el comandante en jefe que en 2003 pronunció el "nunca más" del Ejército por las violaciones a los derechos humanos en dictadura. Hoy es procesado por su eventual responsabilidad en la muerte de 15 personas, entre ellas Marcos Barrantes, hermano de Nicolás, durante el paso de la Caravana de la Muerte por La Serena. Este último presentó dos querellas recientemente, una por la muerte de su hermano y otra por las torturas en que habría participado el ex comandante en jefe del Ejército. Nicolás Barrantes no esconde su alegría, su sonrisa sólo desaparece al relatar las torturas, pero asegura que no cantará victoria hasta que exista una condena.
– ¿Cómo sabe que fue Cheyre quien lo torturó?
– Fui detenido en Ovalle, 10 días incomunicado, siendo brutalmente torturado por carabineros. Una mañana del 15 de octubre me suben a una camioneta particular junto a otros detenidos que yo conocía. Me imaginé que este viaje era sin retorno, porque si no me quisieron matar allá pensé que mi irían a tirar a otro lado. Yo tenía 17 años y la mayoría de edad era a los 21.
– Llegamos a La Serena al regimiento. Nos metieron a una sala mirando a la pared. Mucho militar para allá y para acá, muchos iban y muchos venían. Pasa un rato y me llaman: "Nicolás Barrantes". Me llevan, toman un pañuelo y lo enrollan a la vista. La vista quedó tapada, pero quedó una tela en que podía ver por el ojo derecho, el izquierdo quedó tapado completamente. ¿Quién sabe porque el encargado de la venda hizo eso? Yo logré ver a la persona, sin conocerlo, sin saber quién era en ese momento.
– Me amarraron de las piernas con un cordel, había uno que tiraba de la cuerda y otro que pegaba culatazos. Del interrogador yo logré memorizar la forma de la boca y sobre todo porque gritaba enrabiado, porque yo no le respondía lo que él quería. Él preguntaba por mi hermano, quería que yo traicionara a mi hermano. Yo le decía que yo vivía en Ovalle y él en La Serena. Y él se enrabiaba, yo sólo me revolcaba de dolor. Así estuve una hora y media, en el martirio. Otra cosa que se me quedó grabada es la voz. Él gritaba, insultaba. Yo no sabía que era Juan Emilio Cheyre en ese momento. En la tarde, después que hicieron la pega con los detenidos, nos mandaron a la cárcel. Imagine cómo iba uno de adolorido.
– En la cárcel llegamos a una parte redonda y un gendarme grita quién tiene familiares acá, "yo le dije, tengo a mi hermano" y me mandó al colectivo número 2, ahí estuvo mi hermano. Tú eres el Nico me decían, pregunté por el Marco y me dijeron que estaba incomunicado. Ahí estaba la camita de él en suelo con sus cositas y me dijeron que me quedara ahí. Ese fue el primer día en la cárcel pública de La Serena, teniendo 17 años, menor de edad, con delincuentes y con compañeros políticos.
– El asunto es que llegué, me acogieron mis compañeros y me preguntaban. ¿Cómo te trató Cheyre? Y Yo dije ¿Quién es Cheyre?, esa fue la primera vez que escuché el nombre del torturador. "Pero si Cheyre es el que interroga en el regimiento", me decían. Rápidamente, por conclusión, dije: "Cheyre me torturó. Este fue el que me sacó la cresta, quién más". Fue pasando el tiempo, estuve 45 días en la cárcel de La Serena, no había un día en que no se hablara del personaje principal de la obra, porque todos los días llegaba gente al regimiento, llegaban hechos bolsa como yo, personas que llegaban caminando y después había que traerlos en andas.
– Así se me grabó el nombre. Yo vi una boca, la voz del tipo que preguntaba, escuché el nombre y después lo veo en la tele, este mismo fue el que me sacó la cresta me decía a mi mismo. En 43 años yo no hablé de eso a más de cinco personas que conocían mi historia, porque no es una historia agradable para andarla contando. Cheyre era el torturador, el encargado de sacar la verdad, de justificar la barbarie que estaban cometiendo.
– Si hubiese sido algo como lo de Carrizal Bajo se llevan todas las medallas porque encontraron armas, pero aquí no habían armas, nunca hubo un arsenal. Le digo la verdad, la única vez que me sacó la cresta Cheyre fue esa vez, luego llegamos al bando, supe la muerte de mi hermano y el mundo se me vino encima, caminaba, no sabía para dónde iba, me hablaban y no escuchaba, era un zombie, un muerto en vida, pasé harto tiempo así, fue un golpe tan fuerte que me costó superarlo, no había día en la cárcel en que no se hablara del torturador, de Juan Emilio Cheyre. Escuché el nombre y después lo veo en la tele y digo "este mismo fue el que me sacó la cresta".
Más de 40 años después
La primera vez que Barrantes recuerda haber vuelto a escuchar el nombre de Juan Emilio Cheyre fue cuando Ricardo Lagos, siendo presidente de la República, lo nombró como comandante en jefe del Ejército.
Barrantes recuerda: "Esa vez se me cayó el mundo encima nuevamente. Sin participar en ningún partido político ni nada, me gustaba Ricardo Lagos como Presidente de chile, el hombre que apuntó a Pinochet con el dedo. Yo dije "aquí hay esperanza de justicia", pero el criminal le contó un cuento hermoso a Lagos, le dijo el cuento del "nunca más", de un ejército pulcro y limpio. Mientras no se sepa la verdad y no se haga justicia, los nuevos militares van a seguir con sus manos cochinas, se va traspasando de generación en generación".
– ¿Qué impresión tiene de Cheyre?
– El criminal se llama Juan Emilio del Sagrado Corazón de Jesús Cheyre Espinoza. ¡Cómo puede haber tanta contradicción en la vida! Un tipo tan malo, tan malo. Yo estuve en la reconstitución de escena en La Serena y llegaron mujeres que presentaron querellas contra el criminal, y las barbaries que cometía contra ellas…
– Me costó entender tanta barbarie. A mí me sacó la cresta, me sacó la cresta, porque yo no delaté a mi hermano ni a sus amigos. No voy a darle justificación alguna, mi hermano no era ni terrorista, ni criminal ni delincuente, mi hermano era un hombre idealista que quería una sociedad más justa para Chile.
La carga histórica
Nicolás Barrantes cuenta que no va a votar, no soporta ingresar a un establecimiento ocupado por militares y que uno de estos le grite y le pida su cédula de identidad. Dice que para superar el dolor emocional acudió a un iglesia cristiana en un momento, a la cual sigue yendo su esposa. "Espero, confío y no hay día en que no le pida a Dios en que proteja a mi persona, al ministro Mario Carroza, al abogado Cristián Cruz y a las familias que estamos metidas en esto", indica.
Barrantes señala: "estoy abierto a que si el ministro Mario Carroza me llama y me hace un cara a cara con el criminal, no tengo inconvenientes en asistir, porque yo estoy completamente seguro que fue él quien me torturó, así también sé quién dirigió las torturas en la comisaría".
La querella de Barrantes no es la única: son las familias de las 15 víctimas las que acusan a Cheyre. El ingeniero, que fue víctima de la dictadura, desea "que siga el proceso y que sea condenado. Él tiene mucha influencia, es poderosísimo, tiene poderes fácticos enormes, puede mañana salir en liberado".
Nicolás Barrantes dice que no dejará de hablar, declaró recientemente en el proceso vinculado a su detención en Ovalle. Dice que no habló en 43 años por miedo y por el dolor de recordar las torturas, pero expresa que la llegada del Mario Carroza al caso le dio esperanzas de que puede haber justicia.