El congresista dijo que si la gratuidad en la educación superior se consolida en un 70%, "la historia evaluará positivamente la actual gestión". Además explicó por qué se declara un "converso" a la hora de plantear la obligatoriedad del voto y las razones para cambiar la Constitución.
El congresista dijo que si la gratuidad en la educación superior se consolida en un 70%, "la historia evaluará positivamente la actual gestión". Además explicó por qué se declara un "converso" a la hora de plantear la obligatoriedad del voto y las razones para cambiar la Constitución.
Ángel Alexis Rogel Álvarez
angel.rogel@diarioconcepcion.cl
"Si la Reforma a la educación superior consolida la gratuidad, al menos, en un 60 ó 70%, mi percepción es que la historia va evaluar positivamente una política pública… La del 2016 es la primera generación, después de 1981, que estudia gratis en la universidad", dijo el senador PPD de la Circunscripción Cordillera, Felipe Harboe.
En un extenso diálogo, el congresista habló de los bajos índices de popularidad del actual gobierno, los que a su juicio no experimentarán un mayor cambio, y también de las razones que lo motivaron a cambiar su opinión del voto voluntario.
Lo primero tiene que ver, justamente, con el proyecto de Reforma Educacional que algunos diputados del oficialismo (en particular de la Región), lo ven como un verdadero salvavidas a la popularidad de la Presidenta, Michelle Bachelet, sobre todo, cuando entre en funcionamiento.
El senador dijo no concordar con ese análisis.
"Mi percepción es que el Gobierno va a terminar con un 30 ó 40% de aprobación, porque son reformas que no son pacíficas, Chile tiene dos visiones, al menos. Ocurre que hay reformas que no le gustan a una parte de la sociedad, puede ser el 40% y si el otro 60%, que pudiera estar de acuerdo, no las entiende porque no son bien explicadas… Pensemos que a este gobierno le queda mucho por hacer, pero le queda poco tiempo", manifestó.
Harboe recordó que las municipales "están a la vuelta de la esquina" y aseguró que, a partir de enero, "va estar desatada la carrera presidencial". Enfatizó, por tanto, que el poder que ya se desplazó del Gobierno a los partidos, luego pasará a los comandos.
"Por eso es importante que las reformas que faltan se consoliden antes de diciembre de este año", sostuvo.
"Hay que tener conciencia que si gana (Sebastián) Piñera, probablemente, la gratuidad universitaria no va a ser la prioridad de ese gobierno, y se puede frustrar un proyecto que busca terminar con la lógica de que el que puede pagar puede estudiar", agregó el senador.
Ánimo confrontacional
En este contexto, dijo el representante del PPD, los líderes políticos tienen una gran responsabilidad, pero hoy el escenario es absolutamente confrontacional y eso, aseguró, es transversal.
"(José Antonio) Kast le pega a Piñera, y (Manuel José) Ossandón lo mismo. El presidente (Ricardo) Lagos habla y la Camila Vallejo sale a pegarle… ¿Por qué no somos capaces de potenciar liderazgos y que después la ciudadanía elija? Si la ciudadanía sigue viendo este ánimo de destrucción, en función sólo de los proyectos individuales, se va a alejando de la política", comentó.
Recordó que el gran mérito que tuvo la Concertación, que gobernó durante 20 años el país ("el 10% de la historia republicana de Chile"), fue dar garantías de gobernabilidad, pese a las diferencias que existían en el bloque.
"La frase de la retroexcavadora le hizo mucho daño al espíritu reformista de este gobierno, porque le dio la idea a algunos que había que pasar la máquina y desaparecer lo que se había construido, y los países avances gradualmente sobre la base de lo que ya está construido", opinó el senador.
Desestimó, además, que este sea el espíritu de la reforma a la Constitución. "Las constituciones tienen tres tipos de normas: valores, principios y reglas. Las modificaciones que se han hecho tienen relación con reglas, pero los valores y principios no se han tocado desde que se creó. Y los principios y valores son de los ‘80, que no tienen que ver con los tiempos que vivimos", dijo.
Vuelta al voto obligatorio
Consultado sobre volver a la obligatoriedad del voto, el senador se declaró un converso. Alguna vez escribió una columna titulada "El voto por convicción y no por coacción". Hoy cree necesario volver a la obligatoriedad. Aquí sus razones:
"Me fui convenciendo, tras escuchar a un par de intelectuales citar estudios sobre la implicancia social del voto voluntario… Me fui a estudiar. Me fui convenciendo que la voluntariedad del voto es regresiva. Me explico. Los países que han transitado del voto obligatorio al voluntario, han visto cómo los más pobres son los que menos participan, y al ocurrir eso, se transforman irrelevantes en materia de elección, por tanto, la política pública no apunta a ese segmento, que es lo que pasa hoy con los jóvenes. Eso es muy delicado".