Contracorriente. Así es el plan de este economista para animar el chúcaro crecimiento. Gastar, invertir y cosechar. Pocas palabras para algo que se probó con éxito en 2008. De lo contrario, en la ruta actual de extrema cautela del Gobierno, nos quedaría "el consuelo del tonto: América Latina está todavía peor".
Contracorriente. Así es el plan de este economista para animar el chúcaro crecimiento. Gastar, invertir y cosechar. Pocas palabras para algo que se probó con éxito en 2008. De lo contrario, en la ruta actual de extrema cautela del Gobierno, nos quedaría "el consuelo del tonto: América Latina está todavía peor".
Luz María Astorga
Contacto@diarioconcepcion.cl
¡Es para el otro lado!
Simple. Directo. Obvio para algunos, principalmente para los neoestructuralistas donde milita el larguirucho ingeniero comercial de ideas macizas y andar de Quijote, llamado Ricardo Ffrench-Davis Muñoz, que fue a Chicago y volvió anti Chicago y que, a sus 80, no mezquina energías para escribir y explicar cuantas veces sea necesario que vamos por la ruta equivocada. Que este camino no lleva a nada bueno…
La receta es otra. El la conoce. Ha estado en la cocina.
Que la oposición critique el rumbo económico –como lo viene haciendo crecientemente la UDI y el ex mandatario Sebastián Piñera- no es ninguna novedad.
Otro cuento es que lo haga un DC de toda la vida, uno de los fundadores de Cieplan que en el gobierno de Patricio Aylwin, como director de Estudios y Economista Jefe del Banco Central y en equipo con Alejandro Foxley en Hacienda, jugó un rol clave.
Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (2005), doctor Honoris Causa de la U. de Talca (2015) –distinción a la que se sumará en octubre el ex mandatario uruguayo José Mujica-, este académico de Economía de la Universidad de Chile sabe que buena parte del empresariado le tiene "susto", que lo saludan afectuosamente, pero que no lo quieren (¿cómo podrían, si él les dice lo que no quieren escuchar?).
Pero Ffrench-Davis sigue la marcha con su escudo imbatible: las cifras económicas que reflejan lo vivido, sufrido, gozado y errado desde los años 70. A partir de ellas, cada cual podrá sacar conclusiones.
Tampoco habla mucho con el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, ni con la Presidenta Michelle Bachelet, con quien tuvo antes una relación más cercana. Ella lo invitó a su casa en Nueva York y, también, a algunas reuniones en La Moneda. "Me parece una mujer muy honesta, le creo plenamente cuando dice que no supo de los negocios de su nuera", comenta, agregando que las encuestas son injustas con ella.
Las diferencias entre los dos no van por ahí…
Al punto: hoy, en tiempos de desaceleración, cuando distintos sectores hacen propuestas reactivadoras –el empresariado entregó más de 100 ideas semanas atrás y el Partido Socialista más de 30, hace pocos días-, la presión mediática empuja a un ajuste de gasto, a un recorte presupuestario, a cuidar en extremo la inflación. En esa línea, Valdés –anticipando la discusión política-económica del Presupuesto 2017- dijo esta semana que el gasto fiscal no subirá más de 3%. Hace muy poco crecía el triple.
De la Subprime al Brexit
Extrema cautela. Muchos pensarán que es súper sensato. Más aún, si consideramos la carga de incertidumbre e inestabilidad que aporta el Brexit, y que seguirá hasta que concluya el proceso desatado el pasado jueves, cuando Reino Unido votó mayoritariamente por dejar la Unión Europea, con la oposición del 75% de los jóvenes.
Bueno, sucede que en 2008-2009, bajo primer mandato Bachelet, explotó la crisis Subprime, en que varias naciones grandes perdieron entre 3%, 4% y hasta 6% de Producto Interno Bruto, porcentaje que algunos aún no recuperan (el per cápita de EE.UU. hoy es menor al de 2007). Entonces, Chile fue "para el otro lado", a contracorriente de quienes creían que debía ajustar gasto y cuidar la billetera. Gastó, invirtió y ganó.
Fue posible por eso tantas veces dicho: "En vacas gordas ahorramos para gastar en vacas flacas", génesis del balance estructural que han adoptado ya varios latinoamericanos.
Para 2009 el chanchito había engordado y el Gobierno tomó de ahí US$9 mil millones, no para mantener el gasto fiscal, sino para elevarlo. Lo aumentó 9% en 2008 y 17% en 2009. Ese año se produjo un déficit fiscal de 4%, el crecimiento cayó a -1,7%, pero al año siguiente el PIB saltó a 5,2%.
La experiencia pasó a la historia como notable ejemplo de política contracíclica.
"Se aumentó la inversión pública, hubo 50% más de recursos para que BancoEstado prestara a las Pymes… No teníamos que pedir permiso ni explicar, el mundo civilizado lo entiende, los mercados también. Tienes plata, tu PIB está bajando, ¡úsala para levantarlo! Ahora, en cambio, el ministro dice –sin mencionar el balance estructural- que estamos en una economía sana, pero yo diría que si se nos cae afuera la cosa, hay razones para dar un impulso hacia arriba", afirma Ffrench-Davis.
– Si la Presidenta es la misma, ¿por qué ahora Bachelet actúa distinto?
Prefiere no contestar.
Lo que se sabe es que esa crisis Subprime se desató justo cuando nuestro país llevaba cuatro años de superávit fiscal, cuando China se embalaba en un mayor gasto reactivador, Estados Unidos con Obama lanzaba US$700 mil millones, y el Fondo Monetario Internacional decía gasten, gasten… Así hasta Andrés Velasco –ministro que se caracterizó por lo "apretado"- se lanzó.
No repartir más cheques
– Pero ahora, si se mantiene el plan de máxima cautela del Gobierno, ¿qué nos queda?
– El consuelo del tonto: América Latina está todavía peor. Cuando andábamos en el 3%, en el 2% (de PIB), ellos estaban en el 1%. Si sacamos del cuadro a Brasil, entonces estamos empatados con el resto de los serios (o sea, sin contar Venezuela y Argentina). Hemos estado así en los últimos 4 años.
– Algo más se podrá hacer. Al Bachelet le queda más de año y medio. Hacienda planea un 2017 con aumento del gasto fiscal de 3%.
– Ese 3% es para desacelerar otro poco. No están pensando en lo de 2009, cuando se hizo una corrección informal, porque no fue una ley, y se aplicaron políticas contracíclicas frente a una gran crisis. Hoy tenemos una crisis suave, pero sabemos que va prolongada. Antes que asumiera ella nos estábamos acercando al 2% de crecimiento y seguimos en eso. El Banco Central proyecta entre 1,25% y 2,25%, lo que da un centro de 1,75%, y si apretamos más…
– Además, el Brexit complica la tarea reactivadora pendiente.
– Sí. Y aparecen montones de políticos neoliberales diciendo que debemos ajustar el gasto para que los mercados de capitales nos traten bien. No nos van a tratar bien por eso. Los mercados de capitales más inteligentes entienden que Chile tiene una posición sólida, con US$24 mil millones de reserva soberana, que el Banco Central tiene US$40 mil millones de reserva, que se ahorró en las vacas gordas, y que es el momento de invertir en futuro, no de repartir cheques y bonos.
Agrega:
– Hay que tener pantalones o buenas faldas, y decir con convicción "no estoy botando plata, estoy creando futuro". En todos los ajustes recesivos –como el que vivimos- se debilita la formación de capital, cae la tasa de inversión (sucedió en 2015 y se repetirá este año), se nos achica la base de desarrollo productivo y la base creadora de empleo. Desde el mundo ideológico las presiones son muy fuertes, la vemos a diario en la prensa; grandes entrevistados diciendo "tenemos que achicarnos porque viene esto…". ¡No! Tenemos que agrandarnos.
– Algunos querrán responsabilizar de buena parte de lo que venga al Brexit. Está la tentación.
– Lo de Gran Bretaña no es una bomba que destruye. Crea incertidumbre, pero son cosas acotadas, salvo que venga un colapso en Italia, por ejemplo. Chile es economía muy abierta, pero ¿cuánto exportamos? 30% del PIB. El resto, 70% queda para mercado interno. O sea, encontraremos mercados más débiles para ese 30%, pero no colapsados como en 2009. Van a ser una decimitas menos de una economía que en cuatro años avanza alrededor de 2% y que antes lo hacía en 6%.
– Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, dice que el Brexit provocará una caída de 0,5% promedio del crecimiento desde ahora y hasta 2018.
– Un 200 avo… pesa, es una pena, pero no una catástrofe. No se imaginen otra cosa.
Chile y América Latina están en una recesión de origen financiero, estamos con un PIB bajo, por tanto no te das un costalazo muy grande. El dólar, además, sobre $670, algo razonable, que no es lo mismo que tenerlo a $475 como nos sucedió en la Subprime, porque en crisis debes tirar el precio hacia arriba y afectas a los endeudados. Hoy no estamos llenos de deudas ni de flujos de capitales (que hacen bajar el precio de la divisa).
– Aunque el impacto no sea grande, irrita ver que, al día siguiente de la votación, la mayor cantidad de consultas que hicieron los ingleses en Google era: "¿Qué es la UE?".
– ¡Pregúntenselo antes! Era un tema tan complejo y se hizo una simplificación extrema… Han engañado a la mitad de los británicos. Les dijeron "vamos a ser libres"; pucha qué rico ser libre, pero con qué perdida. El tránsito a la renuncia es muy complicado y existe la posibilidad de un desmembramiento del Reino Unido, partiendo por Escocia e Irlanda del Norte.
– China ve con preocupación el asunto. El 88% de las empresas japonesas espera un efecto negativo. Las clasificadoras Fitch, Standard&Poors y Moody´s bajaron la nota crediticia de AAA a AA. Los más ricos del mundo perdieron de sopetón US$200 mil millones en una jornada de bolsas.
– Pero como Inglaterra no es grande, lo que nos queda es el tema de la incertidumbre. Hay que apurarse, definir, porque si no la gente se imagina lo peor.
¿Importar capacidad?
– Acá también habrá que apurarse con acciones reactivadoras. ¿Sus ideas?
– Lo primero es no repartir cheques. Ayudan a la gente necesitada, pero se consumen, no construyen futuro. Y hay presiones en el oficialismo para irse por el camino fácil.
– ¿En qué gastar la plata?
– En inversión productiva, pública y privada. En el tipo de cambio (Ha seguido bajando… Qué lamentable. Sería tan fácil para el Central sostenerlo y evitar un problema futuro).
En fortalecer la capacidad de ejecución de inversiones. Remover los obstáculos que tienen proyectos parados por años, como sucede en generación eléctrica con Hidroaysén, al que se le han hecho varios ajustes… si vamos a afectar algún pueblo, hagamos compensación. Las cosas eficientes permiten eso, que el ganador comparta con los perdedores.
Hay que acelerar las concesiones. Es plata para el sector privado que da ocupación a las constructoras que generan empleo. Mejores carreteras, mejores puertos, aeropuertos. Que Codelco haga sus proyectos eficientes para que en 7 u 8 años salgan esos productos al mercado. Concretemos esto a la velocidad que seamos capaces y que la restricción no sea financiera, porque se trata de proyectos rentables.
Continúa:
– Hagamos inversiones de calidad en educación, repongan los liceos deteriorados, salas, baños, ¡cuántas quejas uno escucha! Y los hospitales. ¿Qué no pueden ejecutarlas? Importen capacidad de construir. La inercia, el burocratismo y la incapacidad se pueden corregir. Llevamos dos años y medio ¡cómo no vamos a poder! Reactivar requiere crear confianzas; luego, la reactivación misma fortalece confianzas. Pedro esto no se hace con anuncios, sino con acciones.
-En 2015 quedaron US$1.000 millones del Presupuesto sin ejecutar.
– Ha pasado otras veces, pero era un año en que necesitábamos lo contrario: excedernos en mil millones.
Ffrench-Davis piensa, por ejemplo, en crear una especie de "oficina de emergencia" para desatar nudos, quitar obstáculos y crear capacidad ejecutoria. "Pongamos en eso 2% o 3% del PIB. Los mercados de capitales después de un tiempo responden positivamente". Cita el caso de Corea a partir de 1998:
– El mercado de capitales le decía: "Usted que crecía 7% y 8% ahora baja del 5%, del 4%, del 3%… Tiene que reducir gasto y subir la tasa de interés para reprimir la demanda". Corea lo siguió por tres o cuatro meses y, en algún momento, ya acercándose al cero, decidió hacerlo al revés. Subió el tipo de cambio, redujo la tasa, los impuestos y aumentó el gasto. Como todas estas cosas provocan efecto rezagado, el PIB cayó 7%, pero al año siguiente creció 11%.
– Hay datos que tal vez ayudan a ir contracorriente. Tres altos funcionarios del FMI -guardián del neoliberalismo-, publicaron un estudio titulado Neoliberalismo sobrevendido. "En vez de llevar al crecimiento, algunas políticas neoliberales han aumentado la desigualdad, a la vez que ponen en peligro la expansión duradera", plantean Jonathan D. Ostry, Prakash Loungani y Davide Furceri. Lo informó esta semana BBC Mundo.
– Sí, es muy interesante. Lo había dicho en 2010 Olivier Blanchard, economista jefe del FMI hasta el año pasado. Básicamente, la idea: "El neoliberalismo está equivocado; no entiende el crecimiento y crea desigualdad". Hay frasecitas fuertes. Se refieren al manejo macroeconómico que se preocupa mucho de la inflación y poco de la economía real. Es algo que decimos también hace tiempo los neoestructuralistas; y hemos hecho propuestas. Hay muchos los artículos al respecto, pero no llegan al mundo oficial porque están más preocupados de la prensa "financierista".
(El neoestructuralismo es un enfoque alternativo que hace ya un par de décadas se preocupa de corregir diferencias entre profesionales capacitados y no preparados, grandes empresas y Pymes, regiones atrasadas y prósperas, entre otros, con políticas selectivas para atenuar desigualdades).
En estado de Emergencia
– Volviendo a nuestra realidad. ¿Qué tan creíbles son las proyecciones que nos entregan analistas, el "mercado", las autoridades y el Banco Central? Este año han ido a la baja una y otra vez, pero ellos tienen razones para suavizarlas ¿no? Por las expectativas, por las encuestas, por la política.
– El Banco Central es muy serio. Lo puedo decir, está dentro de mi expertise. Le creo a sus estadísticas; el Ipom es muy valioso. El mundo financiero es muy cortoplacista, se influencia sobre manera en el optimismo y en el pesimismo.
– Con los datos creíbles hoy, ¿qué hacemos?
– Hay que transmitir la sensación de emergencia. Estamos en el rango del 2%, con riesgo de caer, eso es gravísimo. Nos pasó algo parecido: entre 1999 y 2003 vivimos en el promedio de 2,6%… ¿Qué nos salvó? El precio de los commodities. No fue Chile el que se salvó, nos llegó el tirón.
– Eso no sucederá ahora.
– No. Hay que entender la situación en que estamos.
– Entre optimismo y pesimismo, ¿en qué lugar está?
– Creo que hemos sembrado para quedarnos trancados. Y podemos trancarnos más. No hay que esperar que llegue el arrastre desde fuera, tenemos que hacerlo nosotros.