
Se busca reducir las 23 mil toneladas que se generan en Chile, y supone un cambio cultural del comercio y personas.
La ley que las prohibe permite usarlas para alimentos sin envasar, como el pan, frutas, verduras y carne. La idea es aplicar el mismo camino que en supermercados: llevar la propia.
La iniciativa está dirigida a establecimientos que expendan alimentos, y se hace cargo de exigir alternativas ecológicas a comerciantes.