
Las necesidades sanitarias de la pandemia han restringido nuestras libertades y, si bien los efectos de esta serie de restricciones generan una apariencia de igualdad, existen muchas situaciones donde esta condición no se verifica. Uno de los aspectos fundamentales al momento de enfrentarse a las libertades personales (o la ausencia de ellas) es comprender que no se trata de procesos individuales y es necesario dar una mirada colectiva.
La prórroga del Estado de Catástrofe, a un año de su implementación, es una solución cómoda para el manejo de la pandemia, pero cuestionable desde el punto de vista de las garantías fundamentales que le asisten a los ciudadanos.