
Estudios demuestran que para quienes los practican, los riesgos de contraer males asociados suben de forma exponencial. Las federaciones de fútbol de Inglaterra, Escocia e Irlanda prohibieron los cabezazos en entrenamientos de menores de 12 años. En Estados Unidos, mientras las protecciones, protocolos y reglas del fútbol americano cambian constantemente para evitar los golpes fuertes.