
Los Derechos Humanos que se consagren en la nueva Constitución debieran permitir la construcción de un nuevo modelo socialdemócrata de Estado, con políticas públicas llamadas a implementar pisos mínimos universales, que sean capaces de crear igualdad de oportunidades para todas las personas, avanzando a un ideal de sociedades justas.
Las injusticias polarizan una sociedad y dilapidan la posibilidad de cohesión social. La injusticia destruye relaciones entre personas, grupos e incluso países.