
Los procesos biológicos están regulados según ciclos día y noche, siempre ocurren fenómenos esenciales que se alteran cuando horarios van contra la naturaleza, con complejos efectos.
Semanas bastan para desajustar los vitales ciclos de alimentación o para dormir y despertar, lo que puede tener diversos efectos negativos que ahora es tiempo de ordenar y combatir.
El próximo sábado 7 de septiembre se deberán adelantar los relojes en 60 minutos, favoreciendo así la exposición a la luz durante la tarde.
Los problemas de salud mental son más que meras patologías individuales y deben ser objetos de políticas públicas. Se requiere tratamiento, como también prevención, atención y resiliencia.
Estar durmiendo es reponerse en lo físico y en lo cerebral ocurren procesos clave para el bienestar integral. Pero, la vida hoy poco favorece a esta función y de ahí que promover acciones beneficiosas busca el Día Mundial del Sueño durante marzo, muy cerca y vinculado con la felicidad, que hoy celebra su efeméride global.
Desde la sobrecarga de tareas y la pandemia hasta la mala alimentación y uso de pantallas son perjuicios para el buen dormir, clave para el descanso y una serie de esenciales funciones cognitivas y fisiológicas.