
Mientras uno prevé una mejoraría de la confianza y reducción de la incertidumbre, otro plantea efectos acotados en restaurantes y hotelería. Una tercera visión, ve aspectos negativos un poco más amplios.
En particular por variaciones en el precio del dólar y el acero. Preocupa que sean los trabajadores quienes asuman costos con la eventual pérdida de puestos de empleo.