
La intervención, que se realizó en poco más de un mes, recuperó y reconstruyó piezas del mosaico que resultaron dañadas o perdidas debido al paso del tiempo, el tránsito peatonal y las formas en las que se ha utilizado el espacio.
Uno de los emblemas más representativos de la capital regional guarda en su diseño un rico simbolismo que enaltece a cualquier penquista.