
Debemos celebrar que se haya reconocido que tener un medio ambiente limpio, saludable y sostenible es realmente un derecho humano. Y que se trató de una decisión unánime (pues hubo 43 votos a favor y 4 abstenciones) y que se discutió y negoció gracias a una iniciativa de Costa Rica, Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza.
Mientras el Ejecutivo puso la lápida al primero, Chile aún puede ratificarlo en una próxima administración. En tanto, actores locales apuestan por adherir al segundo, que traería especiales beneficios para Biobío por su vocación exportadora.
Habrá que avanzar, igual, sin Escazú. En lo interno, al menos, la discusión constitucional será una excelente oportunidad.