
Lo sucedido el domingo 30 de abril en el Ester Roa, cuando el duelo entre U. de Chile y U. Católica se suspendió a la media hora por bengalas y bombas de ruido lanzadas desde las tribunas, debía provocar un antes y un después para terminar de una vez por todas con estos actos. Ya se han generado reuniones entre Interior, el Mindep, la Anfp y el Sifup, con el objetivo de tomar medidas urgentes y también pensando en el mediano y largo plazo. ¿Se podrá avanzar por fin y con cambios concretos? ¿Qué piensan los diferentes actores ligados a la actividad? ¿Qué debe pasar con Estadio Seguro?
Atletas que han practicado diferentes disciplinas toman protagonismo en esta área, y en varios roles: hay concejales, alcaldes, diputados, senadores y también tuvieron representantes en la pasada convención constitucional. ¿Qué los motiva a entrar a un escenario en teoría tan distinto, y trabajar con personas que durante sus años en el deporte a veces son blanco de sus críticas? Tres voces dieron su visión y coincidieron en un punto: el principal interés pasa por, justamente, darle más importancia al ámbito deportivo y no sólo al alto rendimiento, sino a que la actividad física en general para que tome un papel más relevante de la agenda parlamentaria y gubernamental.
Si los procesos avanzan al ritmo esperado, entre 2025 y 2026 todas las jugadoras deberían tener contrato gracias a la nueva ley, que les garantizará condiciones de trabajo y sueldo de forma más profesional. Protagonistas valoran el avance que significa este proyecto sobre todo para las nuevas generaciones, aunque también tienen claro que, debido a los costos que implicará, puede pasar que algunos clubes opten por no desarrollar ramas femeninas a este nivel.