
Entre Penco y Tomé una familia posee un predio con uno de los relictos de queule y otras especies nativas amenazadas que decidieron conservar, porque crecieron con estas, las conocen y quieren cuidar. Ha sido también la tarea de un proyecto que llegó a apoyarlos hace años y de toda la nación dueña del patrimonio natural.
Crear e instalar señaléticas de rutas y especies de flora y fauna presentes, además de hacer actividades para ayudar a las comunidades será parte del trabajo que beneficiará a las caletas de Lenga, Perone y Chome.