
Indudables consecuencias positivas en lo inmediato, pero consultados concuerdan en que se abre una puerta ante nuevas emergencias, debilitando aún más un sistema que urge mejorar para asegurar pensiones dignas.
Según consultados, desde 2009 el déficit no ha dejado de crecer. Su aumento provocaría una mayor tasa de interés interna, menor inversión y una reducción del empleo, entre otros.