
Es una de las prevalencias más altas del mundo la que existe en Chile para una condición que no da síntomas hasta que llegan sus complicaciones que pueden ser graves y el principal riesgo en su desarrollo es de factores ambientales y conductuales.
Los hábitos de vida sedentarios, la alimentación poco saludable, el consumo excesivo de alcohol favorecen la acumulació de grasa hepática.