
Las dos aristas que resultan claves para terminar con las bolsas plásticas, al menos en el comercio, son la educación ambiental y la debida fiscalización.
La iniciativa busca ajustar y fortalecer los lineamientos actuales, de manera de enfrentar los desafíos ambientales que se asocian a la utilización de plástico.
La iniciativa nació en Argentina y da sus primeros pasos en el Biobío. Empresas locales destacan el bajo costo y sustentabilidad del proyecto para promocionar sus marcas.
La ley que las prohibe permite usarlas para alimentos sin envasar, como el pan, frutas, verduras y carne. La idea es aplicar el mismo camino que en supermercados: llevar la propia.
La emergencia sanitaria ha podido más que cientos de leyes y reglamentaciones medioambientales.
Cuando pase la crisis sanitaria y el país pueda regresar a ciertos niveles de normalidad, se hará necesario reforzar los controles en la entrega de plásticos de un sólo uso en los establecimientos comerciales.