Las declaraciones de Daniel Escalante, jugador de Cobreloa, sobre compañeros que apostaban a lo que ocurría en sus mismos encuentros, viene a reflotar un tema que hace tiempo también juega en el fútbol y en otros deportes: los arreglos o amaños de partidos por beneficios económicos de sus propios protagonistas. Más allá que existan fuertes sanciones, que en algunas disciplinas incluso podría terminar con una carrera, lo cierto es que se trata de situaciones que cuesta mucho probar. En el fútbol nacional ya se están tomando medidas y se investigará lo sucedido en el Cobreloa vs Copiapó, final de vuelta por el ascenso 2022 que ganó 5-0 el elenco copiapino y tuvo la expulsión de Axl Ríos a los 22 minutos. En el básquetbol, se empezará a trabajar con una empresa internacional que monitorea los encuentros y alerta sobre cualquier evento sospechoso, en una labor que partirá en la próxima Copa Chile.

Lo sucedido el domingo 30 de abril en el Ester Roa, cuando el duelo entre U. de Chile y U. Católica se suspendió a la media hora por bengalas y bombas de ruido lanzadas desde las tribunas, debía provocar un antes y un después para terminar de una vez por todas con estos actos. Ya se han generado reuniones entre Interior, el Mindep, la Anfp y el Sifup, con el objetivo de tomar medidas urgentes y también pensando en el mediano y largo plazo. ¿Se podrá avanzar por fin y con cambios concretos? ¿Qué piensan los diferentes actores ligados a la actividad? ¿Qué debe pasar con Estadio Seguro?