
Una interrogante difícil de abordar, con tiene distintas lecturas y múltiples respuestas. Para algunos es posible, para otros no, pero lo cierto es que el empuje y autogestión de los propios creadores es la base de este camino, a ratos ingrato, pero de grandes satisfacciones.
Con una trayectoria en ascenso, el recinto es ahora considerado como una sede de gran relevancia en la música, arte y danza, entre otras expresiones artísticas. Punto obligado de reunión en la bohemia penquista, también ha potenciado una labor más en la línea de un centro cultural.
Los espacios creativos se han cerrado en diferentes puntos llenos de complejidad de la historia chilena. Sin embargo, de todas maneras las manifestaciones artísticas surgen con fuerza para acompañar, superar, protestar y sanar en ese tipo de momentos.