Los derechos fundamentales constituyen condiciones necesarias para una democracia constitucional. La validez de la ley y la legitimidad de las decisiones políticas dependerán de su conformidad y coherencia con la norma constitucional, entre las que se encuentran aquellas que consagran los derechos humanos.
El diálogo constituye la manera de escapar de la guerra de todos contra todos, más aún cuando quienes invocan la virtud a su favor ocultan con una retórica fácil su fanatismo y su ego desbordado.
Si analizamos los acontecimientos de la reciente revuelta popular podemos observar como a un gran número de los presos políticos se les imputa en su mayoría delitos contra la propiedad.
Esperemos que nuestros legisladores estén a la altura de las circunstancias, y adopten las decisiones que permitan avanzar debida y prontamente en aquello que es la más elemental definición de justicia, como decía Ulpiano: “La constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho”.
El abogado constitucionalista y académico de la Universidad de Concepción habló de los ciertos mitos en torno a lo que significa la Carta Fundamental y destacó que hubo una gran cantidad de personas que también marcharon por esta oportunidad.
Es importante que el acceso efectivo a productos de higiene menstrual sea visto como un asunto de derechos humanos y de igualdad de género.