
Es más que necesario que, al definir los criterios, no se fomente el odio, las divisiones o el negativismo, sino por el contrario, recomponer las confianzas y fortalecer las bases de la vida institucional.
El problema es que, en estos días, los medios no parecer estar ajenos a la crisis de credibilidad que ha afectado a tantas instituciones. Y sería un error que no aprovecháramos estos días bullentes para analizar nuestro quehacer con espíritu crítico.