
Niños que se retiraron de clubes, exceso de carga por clases en línea y la imposibilidad de juntarse presencialmente. Los entrenadores han hecho magia para frenar la deserción.
Hace 8 años cambió el fútbol por el tenis de mesa, deporte con el que ha conocido varias ciudades de Chile y hasta compitió en Bariloche, con oros de vuelta. En la UBB, se encontró con el profesor Carlos Vega y sumaron nuevos éxitos, aunque el equipo ya se desarmó casi por completo. El mismo Rodrigo emigró a la sede de Chillán.