
Dos hechos de sangre pusieron a la comuna en el ojo público y alertaron sobre una realidad que de a poco llega a la zona, que es la violencia en lugares históricamente pacíficos.
Sus miradas son disímiles, pero casi siempre convergen: sueñan con tener un hospital propio, erradicar la delincuencia y mejorar la conectividad de sus barrios, en comunas que siguen creciendo a ritmo acelerado.