Puede y debe haber diferencias de opinión. Pero las amenazas no le hacen bien a la sana convivencia, al avance de las políticas públicas y a la democracia. La coerción retórica tampoco.
La votación de ayer en la Cámara tiene un carácter histórico, y que muestra el interés de gran parte de los congresistas en conectarse con las demandas de la población. También histórica deberá ser la votación en el Senado, lo que podría ocurrir en la próxima semana.