Psicólogos afirman que, tanto adultos como niños, pueden ser afectados por el aislamiento social y cambio de rutinas. Sin embargo, estiman que es una oportunidad para que las familias se afiancen.
Momento de guardarse. Nada de hacer deporte en lugares concurridos, salir a correr al parquecito y pensar que no le va a pasar nada. Es hora de moverse dentro de la casa, de cuidar al del lado y cooperar.