Considero necesario abordar racionalmente este proceso, para conocer cuáles son las implicancias de una nueva Constitución y evitar falsas expectativas a partir de su definición e implementación.
Chile despertó. Está llamado a cambiar y ese cambio debe ser hacia una ética pública que revalorice el rol del Estado y de la Sociedad Civil.
Debemos honrar ese Chile que fue capaz de recuperar la democracia por una vía pacífica, institucional y democrática, pero esta vez haciendo una transición a un desarrollo integral, inclusivo y sostenible.