Frente a esta ola de disrupción que ataca varios frentes e industrias no podemos estar indiferentes.
Sólo fundados en valores de respeto y reconocimiento de los otros como legítimos otros, es posible encontrar la paz y la templanza para escribir las bases de un futuro común.
Los derechos fundamentales son esenciales para la paz social y su debido respeto es indispensable para legitimar las instituciones.