Esperemos que este Año de la Rata de Metal traiga consigo un escenario propicio para que el país asiático se posicione en un sitial de progreso.
Para que la contingencia local no sea un traspié para nuestra alicaída democracia, los actores deben retomar los consensos y condenar la violencia.
Tal como lo muestra la historia, los derechos humanos son producto de las luchas sociales contra las injusticias y desigualdades sociales