La vivienda adecuada fue reconocida como parte del derecho a un nivel de vida adecuado en la Declaración Universal de DDHH (1948) y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966.
La oportunidad está: Una nueva Constitución. El “pueblo” (muchos le temen a esta palabra) tiene un poder que puede y debe ejercer por sí mismo para determinar qué Estado le parece apropiado para garantizar el máximo bienestar de toda la ciudadanía.
El padre de la cosmonáutica Eduardovich Tsiolkovsky (1857-1935) decía: “La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no podemos vivir para siempre en una cuna”.