Lo observado en estos últimos meses nos puede servir de insumo para continuar en la construcción de un sistema educativo de calidad, partiendo por incluir y poner en valor la experiencia de profesores y directivos en la gestión de los procesos educativos para redefinir o reorientar las políticas públicas en educación.
Habrá que avanzar, igual, sin Escazú. En lo interno, al menos, la discusión constitucional será una excelente oportunidad.
Ahora es el momento para avanzar hacia la ciudadanía múltiple, declarando nuestro carácter plurinacional y planteando un Estado descentralizado.
La transversalización de la perspectiva de género debe extenderse también a la forma en que se estructura y distribuye el poder, la demarcación entre lo político/público y lo privado, entre otros, instaurándose como un principio fundamental que permee toda la Constitución.