En nuestras sociedades existen dificultades para reconocer la violencia simbólica y otras formas de violencia que están muy naturalizadas, dado que se han ido instalando desde nuestra socialización temprana y por medio de distintos mecanismos de reproducción de la dominación masculina, como señala Bourdieu.
Los frascos de conserva ya no se conocen, la ropa se bota en buen estado, el remendador de calzado desapareció de nuestros barrios y los restos de verdura ya no sirven de alimento para animales.
Para entender el problema de fondo, debemos señalar que la ciudadanía constituye el estatus que ostenta una persona, y que tiene su base en la pertenencia a una determinada comunidad política.
Urgen espacios institucionales de participación que informen, planifiquen y creen la infraestructura necesaria para hacer la bicicleta un modo de transporte seguro frente a otros.