La colaboración entre el Estado, comunidad médica, proveedores de salud y las organizaciones de pacientes es esencial.
La cinta premiada presenta una lectura del horror vivido en el campo de concentración de Auschwitz.
Esta realidad nos impone nuevos y urgentes desafíos territoriales que requieren importantes recursos económicos y humanos.
Con solo dejar de tratarlo como un secreto y llevarlo a lo público es posible contribuir al cambio en todas sus dimensiones.