Será cada vez más difícil sostener un gobierno central, que se haga cargo de los problemas "promedio" de la población.
Piñera ha señalado que todos sus actos se ajustan a la ley, no importando (por lo menos para él) si son éticos o no.
Constituye un deber de las vanguardias intelectuales el desperezarse para remecer las conciencias.