El nuevo Plano Regulador es un instrumento de reacción y diagnóstico, que revela con claridad una entidad vital y creciente, un polo demandante de desarrollo, el tipo de problemas que abre la puerta a las oportunidades.
Hay una responsabilidad ineludible para el ciudadano común, que tiene que estar consciente de que se trata de una situación que no se resolverá en el corto plazo, y que también puede y debe comprometerse a cuidar el agua como el recurso escaso que es, y actuar en consecuencia.
Se señalan tres zonas que presentan mejores oportunida-des de crecimiento laboral: Tarapacá, Concepción y Maga-llanes. Tienen un gran potencial, pero requieren fidelizar el capital humano actual e invertir en tecnologías necesa-rias para aumentar la productividad.