Hace 22 años, en Ruanda, una pequeña nación centroafricana, ocurrió el más atroz genocidio de fines del siglo XX: durante 100 días, hombres de la tribu de los hutus asesinaron a más de 800 mil personas, en su mayoría de la tribu de los tutsi. A sangre fría, a punta de machetes, garrotes y armas de fuego, mataron a 8000 personas diarias (33 por hora).
Como ha sucedido otras veces, en el ánimo de dar una impresión de avance, se empieza por la parte más fácil, no importa si la secuencia lógica resulta errónea. En este caso, elegir autoridades regionales, lo que en la práctica podría parecerse más a una maniobra distractiva que a una auténtica voluntad de ceder poder a las regiones.
Martin Scorsese es un director que no le teme y nunca le ha temido a la violencia, ni siquiera cuando el reconocimiento global de su trabajo le abrió las puertas de par en par de los grandes estudios, siempre ávidos de imponer sus condiciones para llegar a públicos más amplios. Fiel a su esencia de cineasta independiente, en 40 años de carrera, poco y nada ha transigido en su visión, mostrando una imagen descarnada y sin filtros de la sociedad.
Se esperaría que la educación superior contribuya a la reducción de brechas de género, pero todavía existe en Chile una diferencia salarial notable; las mujeres reciben solo un 63% del salario de los hombres.