Asumamos que se trata de una vergüenza nacional y que hay cuentas pendientes de una enorme magnitud que no se pueden cerrar antes de intentar hacerlas de nuevo.
La historia parece producir ambientes adecuados para la emergencia de personajes adecuados a los tiempos, de tal manera que con saber del perfil de los exitosos, famosos o frecuentes, es posible reconstruir el tipo de sociedad predominante; en tiempos bárbaros, el guerrero más inmisericorde, en tiempos de angustia; magos y sacerdotes, en tiempos de curiosidad; sabios e inventores, en tiempos revueltos; astutos e hipócritas, entre otros caracteres adaptados para la supervivencia en ambiente hostil.
Las respuestas inesperadas pueden tener su origen en una incapacidad creciente de la clase política convencional para auscultar con certeza las necesidades de las personas y la manera como se espera que lleguen los mensajes.
Si un niño chileno promedio corriera contra otros menores de 49 países, llegaría en el lugar 39; apenas superaría al niño argentino y a otros diez países. Primero llegarían los niños de África y centro Europa, últimos llegarían los niños de Perú y México.