Se hace necesario incentivar y apoyar con fuerza la desfalleciente industria local, sin perjuicio de perfeccionar lo que ahora nos mantiene, a lo menos, vigentes.
No es la intención de este columnista abusar del lector con relatos testimoniales, pero tal vez la ocasión de un feriado religioso como el de hoy, sea propicia para ello. Perdónenos el lector esta licencia.
Mucha de la tarea está hecha, estadistas de más lejana vista que los actuales fueron capaces, a inicios del siglo pasado, de vencer obstáculos que imponía la geografía, las líneas férreas unieron los centros productivos del país, las ciuda-des y los pueblos.
La inversión en I+D es el motor de salida del desarrollo, lo que a mediano plazo es la mejor herramienta para disminuir la delincuencia. Es visible la existencia de un círculo vicioso autoperpetuante; poco dinero para I+D, demasiado para combatir la delincuencia.